jueves, 27 de junio de 2013

Rosa Galera busca su último consuelo

Comienza hoy el juicio por uno de los crímenes más atroces que se recuerdan El presunto asesino la mató, la degolló y la enterró en una rambla de Tabernas


El acusado de encubrir el crimen de Rosa Galera dice que no lo contó "por amenazas"

Niega haber ayudado a enterrar el cadáver y se retracta de su declaración ante la Guardia Civil y en instrucción

El acusado de encubrir el crimen de Rosa Galera y amigo del autor confeso, Oscar P.F., ha afirmado este miércoles ante el jurado popular que este le dijo que había matado a su mujer cuando fue a recogerlo en coche a la barriada de El Puche, en la capital, a la que fue a comprar droga tras enterrar el cadáver y ha argumentado que no lo reveló a la Guardia Civil por "miedo" debido a las "amenazas" que recibió.
F.J.R.F., quien se enfrenta a una petición de tres años de cárcel, se ha retractado de la declaración que prestó ante la Guardia Civil y en el juzgado instructor, y ha alegado para justificar su cambio de versión a "presiones" de los agentes que intervinieron en la investigación.
Así lo ha indicado a Europa Press uno de los letrados que ejerce la acusación particular, Alfredo Najas, quien ha trasladado que, en las citados testimonios, afirmó que Oscar P.F. le dijo que había cometido el crimen a las 09,30 horas del día de los hechos y que le "ayudó a cargar" en el coche "el pico y la pala" que, a la postre, utilizó el procesado presuntamente para enterrar el cuerpo sin vida de la víctima.
Najas ha señalado, en esta línea, que F.J.R.F. describió en la fase inicial del procedimiento que el autor confeso de la muerte de Rosa Galera "estaba muy nervioso, con los ojos muy abiertos" mientras le decía "la he cagado, de esta no voy a salir". Cabe recordar que en su declaración ante el tribunal de jurado que se celebra en la Sección Primera de la Audiencia Provincial, Oscar P.F., exculpó en todo momento a su amigo.
F.J.R.F. ha negado que estuviera en el lugar donde se produjo el enterramiento del cadáver, una oquedad en la "Ramblilla de las Vacas', en el término municipal de Tabernas y unos 51 kilómetros de Fines, si bien tres de los guardias civiles que han testificado este miércoles han trasladado su convencimiento de que prestó su ayuda dado los "datos parciales que aportó en su tercera declaración y que ayudaron a localizar el cuerpo sin vida de Rosa Galera", según ha asegurado Najas, que ha remarcado lo "inhóspito y deshabitado" del paraje.
Oscar P.F. aseguró el martes ante jurado popular que no se "reconoce" cuando piensa en el "acto cruel" que cometió y alegó estar bajo los efectos de las sustancias estupefacientes y el abuso de alcohol cuando perpetró el crimen. Los tres agentes han coincidido en que no se apreciaba "conducta anormal" en él. Sostuvo, asimismo, que el arma de fuego, "un trasto artesanal", según la describió, que portaba se disparó de forma "accidental" pero no dio respuesta al ser interpelado acerca de porqué, a continuación, la degolló con una navaja.
"Se disparó sola la pistola. No lo sé, fue muy rápido. No entiendo porqué le di un corte en el cuello. No debía de haber pasado. Nada debía haber pasado. Estaba cegado. Llevo dos años dándole vueltas y no se porqué pasó", afirmó a preguntas del fiscal el procesado, quien a lo largo de toda la sesión se mostró visiblemente nervioso y alterado, y se encaró en varias ocasiones con las acusaciones y con la presidenta del tribunal, la magistrada Lourdes Molina, quien, en hasta cuatro ocasiones, le ha advertido con expulsarle de la sala.
Oscar P.F. se mostró reacio en un principio a detallar lo que paso en la mañana del 31 de mayo de 2011 y remitió a su declaración ante el juzgado instructor alegando no recordar. "Cuando vi que era verdad la desgracia, que no era una pesadilla --cuatro días después del crimen--, colaboré con la Guardia Civil y dije donde estaba el cuerpo para que descansara en paz", trasladó a preguntas de su defensa.
"Estado pasional"
En su interrogatorio el acusado dejó entrever la línea principal de su defensa, que alega, según indicó su letrado en su alegato inicial al jurado popular, que actuó bajo "un estado pasional, que le llevó a cometer una locura, sobrepasado por las circunstancias de que ella se negara a hablar y a reanudar la relación" y sostiene que, en el momento de cometer el crimen, "estuvo ausente de sus facultades por el consumo de alcohol y estupefacientes", por lo que, a su juicio, no sería responsable penalmente de sus actos.
El escrito de acusación fiscal recoge que Oscar P.F., quien llevaba varios meses "separado de hecho" de la víctima, preparó a primera hora de la mañana del 30 de mayo de 2011 el asesinato y que, con la "clara finalidad de acabar con su vida", tomó una pistola de fabricación artesanal, que cargó con dos proyectiles de 12 milímetros, y una navaja.
A continuación, salió a la calle y abordó a Rosa Galera cuando circulaba en su turismo por el Polígono Industrial de Fines. Ella detuvo la marcha y, "confiada en el recto proceder" de su marido, permitió que entrase en el coche y se sentase en el asiento del copiloto. Tras esto, reanudaron la marcha hasta que él le mandó parar recorridos unos cuantos metros.
Según el Ministerio Público, una vez estacionado el vehículo, el procesado "puso en ejecución sus designios criminales" y "de forma sorpresiva e inesperada para la víctima, que nada pudo hacer por defenderse", le disparó a quemarropa a la altura del abdomen. Cuando ella estaba "aturdida", Oscar P.F. asió la navaja y la degolló. El fiscal recoge, que antes de que Rosa muriese asesinada, le dio un segundo corte de más de once centímetros en uno de sus muslos y efectuó otro disparó que rompió el cristal de la ventanilla.
Una vez consumado el crimen, el acusado llevó el coche a una vía verde del municipio y trasladó el cadáver al maletero "para que no pudiera ser visto por ningún viandante". A continuación, fue hasta su domicilio, se cambió de ropa y salió a buscar a su amigo F.J.R.F, a quien le contó lo que había hecho y le pidió ayuda para ocultar el cuerpo.
"Información sesgada y parcial"
Tras proveerse de picos y palas, se dirigieron hasta la "Ramblilla de las Vacas', en el término municipal de Tabernas y unos 51 kilómetros de Fines, y enterraron el cadáver en una cueva natural, lugar en el que fue encontrado por la Guardia Civil tres días después gracias a las "información sesgada y parcial" que fueron obteniendo los investigadores del presunto encubridor.
Para llegar hasta esta zona, "inhóspita y abandonada", cada uno fue en un vehículo. Oscar P.F. se deshizo del turismo de la víctima abandonándolo en una zona conflictiva de la capital almeriense mientras que F.J.R.F., según el fiscal, regresó a Fines y le recogió en la barriada de El Puche al día siguiente. Ninguna de las armas homicidas fue encontrada durante la instrucción.
El escrito, en el que se interesa que indemnice a su hija menor de edad con 150.000 euros y a los padres de Rosa Galera con un total de 100.000 euros, señala que el procesado tiene una dependencia moderada a los opiáceos y a la cocaína, lo que, remarca, "no le afecta a sus capacidades de entender la naturaleza y trascendencia de los hechos que se le imputan ni actuar conforme a ese conocimiento".

miércoles, 26 de junio de 2013

El marido de Rosa Galera dice que el arma disparó "accidentalmente" y asegura no saber por qué la degolló

Óscar P.F., autor confeso de la muerte en mayo de 2011 de su esposa, Rosa Galera, en Fines (Almería) ha asegurado este martes ante jurado popular que no se "reconoce" cuando piensa en el "acto cruel" que cometió y ha alegado estar bajo los efectos de las sustancias estupefacientes y el abuso de alcohol cuando perpetró el crimen. Ha sostenido que el arma de fuego, "un trasto artesanal", según la ha descrito, que portaba se disparó de forma "accidental" pero no ha dado respuesta al ser interpelado acerca de porqué, a continuación, la degolló con una navaja.


"Se disparó sola la pistola. No lo sé, fue muy rápido. No entiendo porqué le di un corte en el cuello. No debía de haber pasado. Nada debía haber pasado. Estaba cegado. Llevo dos años dándole vueltas y no se porqué pasó", ha afirmado a preguntas del fiscal el procesado, quien a lo largo de toda la sesión se ha mostrado visiblemente nervioso y alterado, y se ha encarado en varias ocasiones con las acusaciones y con la presidenta del tribunal, la magistrada Lourdes Molina, quien, en hasta cuatro ocasiones, le ha advertido con expulsarle de la sala.

Óscar P.F., quien en todo momento ha exculpado al otro implicado en la causa, F.J.R.F., acusado de encubrimiento, se ha mostrado reacio en un principio a detallar lo que paso en la mañana del 31 de mayo de 2011 y ha remitido a su declaración ante el juzgado instructor al tiempo que ha usado en la mayor parte de su testimonio el modo condicional en los verbos alegando no recordar lo que hizo mientras repetía su "arrepentimiento". "Cuando vi que era verdad la desgracia, que no era una pesadilla --cuatro días después del crimen--, colaboré con la Guardia Civil y dije donde estaba el cuerpo para que descansara en paz", ha trasladado a preguntas de su defensa.

"No tengo claro lo que pasó", ha apuntillado en repetidas ocasiones el procesado, quien, después de quitarle la vida a su mujer, con quien llevaba meses separado y tiene una hija de ocho años, fue a su casa a cambiarse de ropa "porque me sentía asqueroso" y luego a 50 kilómetros de su pueblo a enterrar el cadáver en una cueva ubicada en un paraje "inhóspito" del desierto de Tabernas. A continuación, tal y como ha explicado al tribunal, fue a la barriada almeriense de El Puche a "pillar droga". "Me machaqué dos gramos de revuelto e imagino que ya me tranquilicé", ha dicho.

En su interrogatorio el acusado ha dejado entrever la línea principal de su defensa, que alega, según ha trasladado su letrado en su alegato inicial al jurado popular, que actuó bajo "un estado pasional, que le llevó a cometer una locura, sobrepasado por las circunstancias de que ella se negara a hablar y a reanudar la relación" y sostiene que, en el momento de cometer el crimen, "estuvo ausente de sus facultades por el consumo de alcohol y estupefacientes", por lo que, a su juicio, no sería responsable penalmente de sus actos.

Las acusaciones, por su parte, han remarcado ante el tribunal que las circunstancias en las que quitó la vida a Rosa Galera son "todo lo contrario" a lo descrito por la defensa y han insistido en que Óscar P.L., al matarla, no estaba "obcecado" sino actuó bajo un plan. "Compró el arma de fuego, cogió una navaja, la llevó a un lugar apartado, a una hora intempestiva, le pegó dos tiros y, por si fuera poco, la degolló. Quiso matar, no estaba enajenado, puso todos los medios para hacerlo y conscientemente quería. Hizo lo que quiso y pudo haberlo evitado", han asegurado.

Al ser interpelado por las armas homicidas, ha asegurado que "probablemente" las tiró como las herramientas usadas para el enterramiento. Ha justificado que tuviese un arma de fuego en que tenía "muchos problemas de pago con puntos de venta de droga" y la posesión de la navaja en que era "coleccionista" aunque, a preguntas de la presidenta del tribunal, ha reconocido que solía llevarla nunca encima. Ha descrito su relación "con discusiones, como las de las demás parejas" y ha rechazado, que tal y como sostiene algunos testigos, amenazase de muerte a la víctima o alertase a los familiares de que les iba a dar "una sorpresa".

ACUSACIÓN FISCAL
Ante las remisiones constantes que el procesado ha hecho a sus declaraciones ante la Guardia Civil y en instrucción, el fiscal ha solicitado al tribunal la incorporación de estos testimonios a las actas para el jurado, lo que ha sido admitido. De hecho, su argumento más repetido ante las interpelaciones de las acusaciones ha sido: "Si eso lo pone así, supongo. Es lo más aproximado de lo que pudo pasar porque no me acuerdo, intento olvidarlo todos los días. Se me escapó de las manos. Fue un par de segundos. Visto y no visto. No sé porqué me dio eso".

El escrito de acusación fiscal recoge que Óscar P.F., quien llevaba varios meses "separado de hecho" de la víctima, preparó a primera hora de la mañana del 30 de mayo de 2011 el asesinato y que, con la "clara finalidad de acabar con su vida", tomó una pistola de fabricación artesanal, que cargó con dos proyectiles de 12 milímetros, y una navaja.

A continuación, salió a la calle y abordó a Rosa Galera cuando circulaba en su turismo por el Polígono Industrial de Fines. Ella detuvo la marcha y, "confiada en el recto proceder" de su marido, permitió que entrase en el coche y se sentase en el asiento del copiloto. Tras esto, reanudaron la marcha hasta que él le mandó parar recorridos unos cuantos metros.

Según el Ministerio Público, una vez estacionado el vehículo, el procesado "puso en ejecución sus designios criminales" y "de forma sorpresiva e inesperada para la víctima, que nada pudo hacer por defenderse", le disparó a quemarropa a la altura del abdomen. Cuando ella estaba "aturdida", Óscar P.F. asió la navaja y la degolló.  El fiscal recoge, que antes de que Rosa muriese asesinada, le dio un segundo corte de más de once centímetros en uno de sus muslos y efectuó otro disparó que rompió el cristal de la ventanilla.  

Una vez consumado el crimen, el acusado llevó el coche a una vía verde del municipio y trasladó el cadáver al maletero "para que no pudiera ser visto por ningún viandante". A continuación, fue hasta su domicilio, se cambió de ropa y salió a buscar a su amigo F.J.R.F, a quien le contó lo que había hecho y le pidió ayuda para ocultar el cuerpo.

"INFORMACIÓN SESGADA Y PARCIAL"
Tras proveerse de picos y palas, se dirigieron hasta la "Ramblilla de las Vacas', en el término municipal de Tabernas y unos 51 kilómetros de Fines, y enterraron el cadáver en una cueva natural, lugar en el que fue encontrado por la Guardia Civil tres días después gracias a las "información sesgada y parcial" que fueron obteniendo los investigadores del presunto encubridor.

Para llegar hasta esta zona, "inhóspita y abandonada", cada uno fue en un vehículo. Óscar P.F. se deshizo del turismo de la víctima abandonándolo en una zona conflictiva de la capital almeriense mientras que F.J.R.F., según el fiscal, regresó a Fines y le recogió en la barriada de El Puche al día siguiente. Ninguna de las armas homicidas fue encontrada durante la instrucción.

El escrito, en el que se interesa que indemnice a su hija menor de edad con 150.000 euros y a los padres de Rosa Galera con un total de 100.000 euros, señala que el procesado tiene una dependencia moderada a los opiáceos y a la cocaína, lo que, remarca, "no le afecta a sus capacidades de entender la naturaleza y trascendencia de los hechos que se le imputan ni actuar conforme a ese conocimiento".
La Audiencia Provincial de Almería acoge este martes el arranque de la vista oral con tribunal de jurado contra Óscar P.F., el hombre de 36 años y vecino de Fines (Almería) que se enfrenta a una pena de 21 años y seis meses de prisión acusado de asesinar en mayo de 2011 a su esposa, Rosa Galera, a quien supuestamente disparó en el interior de su turismo y, posteriormente, degolló.

A continuación, el procesado, quien tiene una hija de seis años en común con la víctima, quien tenía 28 años, se deshizo presuntamente de su cadáver enterrándolo en una cueva ubicada en un paraje "inhóspito y deshabitado" del municipio de Tabernas, situado a más de 50 kilómetros de su pueblo.

Óscar P.F., que será enjuiciado ante la Sección Primera, se enfrenta a una petición del fiscal de 19 años de cárcel como autor de un delito de asesinato y otros 30 meses de prisión por un delito de tenencia ilícita de armas. La acusación particular eleva la pena a 25 años al considerar que medió ensañamiento en el crimen mientras que por el segundo delito interesa tres años de cárcel.

Para el traslado y la sepultura del cuerpo sin vida de Rosa Galera., el procesado contó con la colaboración, según recogen ambas acusaciones, de un segundo implicado, F.J.R.F., para el que solicitan penas que oscilan entre los dos años y nueve meses, y los tres años de prisión como presunto autor de un delito de encubrimiento.

El escrito de acusación fiscal, al que ha tenido acceso Europa Press, recoge que Óscar P.F., quien llevaba varios meses "separado de hecho" de la víctima, preparó a primera hora de la mañana del 30 de mayo de 2011 el asesinato y que, con la "clara finalidad de acabar con su vida", tomó una pistola de fabricación artesanal, que cargó con dos proyectiles de 12 milímetros, y una navaja.

A continuación, salió a la calle y abordó a Rosa Galera cuando circulaba en su turismo por el Polígono Industrial de Fines. Ella detuvo la marcha y, "confiada en el recto proceder" de su marido, permitió que entrase en el coche y se sentase en el asiento del copiloto. Tras esto, reanudaron la marcha hasta que él le mandó parar recorridos unos cuantos metros.

Según el Ministerio Público, una vez estacionado el vehículo, el procesado "puso en ejecución sus designios criminales" y "de forma sorpresiva e inesperada para la víctima, que nada pudo hacer por defenderse", le disparó a quemarropa a la altura del abdomen. Cuando ella estaba "aturdida", Óscar P.F. asió la navaja y la degolló.

El fiscal recoge, que antes de que Rosa muriese asesinada, le dio un segundo corte de más de once centímetros en uno de sus muslos y efectuó otro disparó que rompió el cristal de la ventanilla al tiempo que subraya que el deceso se produjo por un shock hemorrágico, unido a la herida por arma de fuego, "de riesgo vital".

Una vez consumado el crimen, el acusado llevó el coche a una vía verde del municipio y trasladó el cadáver al maletero "para que no pudiera ser visto por ningún viandante". A continuación, fue hasta su domicilio, se cambió de ropa y salió a buscar a su amigo F.J.R.F, a quien le contó lo que había hecho y le pidió ayuda para ocultar el cuerpo.

"INFORMACIÓN SESGADA Y PARCIAL"
Tras proveerse de picos y palas, se dirigieron hasta la "Ramblilla de las Vacas', en el término municipal de Tabernas y unos 51 kilómetros de Fines, y enterraron el cadáver en una cueva natural, lugar en el que fue encontrado por la Guardia Civil tres días después gracias a las "información sesgada y parcial" que fueron obteniendo los investigadores del presunto encubridor.

Para llegar hasta esta zona, "inhóspita y abandonada", cada uno fue en un vehículo. Óscar P.F. se deshizo del turismo de la víctima abandonándolo en una zona conflictiva de la capital almeriense mientras que F.J.R.F., según el fiscal, regresó a Fines y le recogió en la barriada de El Puche al día siguiente. Ninguna de las armas homicidas fue encontrada durante la instrucción.

Precisamente, el presunto encubridor y cómplice fue detenido por la Guardia Civil a principios de junio por quebrantamiento de una medida cautelar impuesta por la Audiencia Provincial de Almería, en la que se le prohíbe acercarse a la localidad de la que era natural la víctima.

El escrito, en el que se interesa que indemnice a su hija menor de edad con 150.000 euros y a los padres de Rosa Galera con un total de 100.000 euros, señala que el procesado tiene una dependencia moderada a los opiáceos y a la cocaína, lo que, remarca, "no le afecta a sus capacidades de entender la naturaleza y trascendencia de los hechos que se le imputan ni actuar conforme a ese conocimiento".

CUMPLIMIENTO ÍNTEGRO DE PENAS
Por su parte, la acusación particular, ejercida por el letrado Alfredo Najas de la Cruz y que coincide en lo esencial con el relato de hechos con el del Ministerio Público, solicita la máxima pena prevista en el Código Penal para el delito de asesinato al estimar que existió ensañamiento.

Alrededor de 500 personas se concentraron en la Plaza del Ayuntamiento de Fines (Almería) el pasado 31 de mayo en apoyo a los familiares y amigos de Rosa Galera para conmemorar el segundo aniversario de su muerte. El acto, en el que se leyó un manifiesto y se guardaron cinco minutos de silencio, sirvió para expresar el rechazo colectivo a la violencia de género y mostrar el apoyo a los familiares de cara a la vista oral.

Los familiares anunciaron, asimismo, la presentación unas 50.000 firmas para solicitar en el Congreso que se modifique el Código Penal a fin de que los condenados por violencia de género cumplan íntegramente las penas que se les imponen.

Óscar P.F., autor confeso de la muerte en mayo de 2011 de su esposa, Rosa Galera, en Fines (Almería) ha asegurado este martes ante jurado popular que no se "reconoce" cuando piensa en el "acto cruel" que cometió y ha alegado estar bajo los efectos de las sustancias estupefacientes y el abuso de alcohol cuando perpetró el crimen. Ha sostenido que el arma de fuego, "un trasto artesanal", según la ha descrito, que portaba se disparó de forma "accidental" pero no ha dado respuesta al ser interpelado acerca de porqué, a continuación, la degolló con una navaja.

"Se disparó sola la pistola. No lo sé, fue muy rápido. No entiendo porqué le di un corte en el cuello. No debía de haber pasado. Nada debía haber pasado. Estaba cegado. Llevo dos años dándole vueltas y no se porqué pasó", ha afirmado a preguntas del fiscal el procesado, quien a lo largo de toda la sesión se ha mostrado visiblemente nervioso y alterado, y se ha encarado en varias ocasiones con las acusaciones y con la presidenta del tribunal, la magistrada Lourdes Molina, quien, en hasta cuatro ocasiones, le ha advertido con expulsarle de la sala.

Óscar P.F., quien en todo momento ha exculpado al otro implicado en la causa, F.J.R.F., acusado de encubrimiento, se ha mostrado reacio en un principio a detallar lo que paso en la mañana del 31 de mayo de 2011 y ha remitido a su declaración ante el juzgado instructor al tiempo que ha usado en la mayor parte de su testimonio el modo condicional en los verbos alegando no recordar lo que hizo mientras repetía su "arrepentimiento". "Cuando vi que era verdad la desgracia, que no era una pesadilla --cuatro días después del crimen--, colaboré con la Guardia Civil y dije donde estaba el cuerpo para que descansara en paz", ha trasladado a preguntas de su defensa.

"No tengo claro lo que pasó", ha apuntillado en repetidas ocasiones el procesado, quien, después de quitarle la vida a su mujer, con quien llevaba meses separado y tiene una hija de ocho años, fue a su casa a cambiarse de ropa "porque me sentía asqueroso" y luego a 50 kilómetros de su pueblo a enterrar el cadáver en una cueva ubicada en un paraje "inhóspito" del desierto de Tabernas. A continuación, tal y como ha explicado al tribunal, fue a la barriada almeriense de El Puche a "pillar droga". "Me machaqué dos gramos de revuelto e imagino que ya me tranquilicé", ha dicho.

En su interrogatorio el acusado ha dejado entrever la línea principal de su defensa, que alega, según ha trasladado su letrado en su alegato inicial al jurado popular, que actuó bajo "un estado pasional, que le llevó a cometer una locura, sobrepasado por las circunstancias de que ella se negara a hablar y a reanudar la relación" y sostiene que, en el momento de cometer el crimen, "estuvo ausente de sus facultades por el consumo de alcohol y estupefacientes", por lo que, a su juicio, no sería responsable penalmente de sus actos.

Las acusaciones, por su parte, han remarcado ante el tribunal que las circunstancias en las que quitó la vida a Rosa Galera son "todo lo contrario" a lo descrito por la defensa y han insistido en que Óscar P.L., al matarla, no estaba "obcecado" sino actuó bajo un plan. "Compró el arma de fuego, cogió una navaja, la llevó a un lugar apartado, a una hora intempestiva, le pegó dos tiros y, por si fuera poco, la degolló. Quiso matar, no estaba enajenado, puso todos los medios para hacerlo y conscientemente quería. Hizo lo que quiso y pudo haberlo evitado", han asegurado.

Al ser interpelado por las armas homicidas, ha asegurado que "probablemente" las tiró como las herramientas usadas para el enterramiento. Ha justificado que tuviese un arma de fuego en que tenía "muchos problemas de pago con puntos de venta de droga" y la posesión de la navaja en que era "coleccionista" aunque, a preguntas de la presidenta del tribunal, ha reconocido que solía llevarla nunca encima. Ha descrito su relación "con discusiones, como las de las demás parejas" y ha rechazado, que tal y como sostiene algunos testigos, amenazase de muerte a la víctima o alertase a los familiares de que les iba a dar "una sorpresa".

ACUSACIÓN FISCAL

Ante las remisiones constantes que el procesado ha hecho a sus declaraciones ante la Guardia Civil y en instrucción, el fiscal ha solicitado al tribunal la incorporación de estos testimonios a las actas para el jurado, lo que ha sido admitido. De hecho, su argumento más repetido ante las interpelaciones de las acusaciones ha sido: "Si eso lo pone así, supongo. Es lo más aproximado de lo que pudo pasar porque no me acuerdo, intento olvidarlo todos los días. Se me escapó de las manos. Fue un par de segundos. Visto y no visto. No sé porqué me dio eso".

El escrito de acusación fiscal recoge que Óscar P.F., quien llevaba varios meses "separado de hecho" de la víctima, preparó a primera hora de la mañana del 30 de mayo de 2011 el asesinato y que, con la "clara finalidad de acabar con su vida", tomó una pistola de fabricación artesanal, que cargó con dos proyectiles de 12 milímetros, y una navaja.

A continuación, salió a la calle y abordó a Rosa Galera cuando circulaba en su turismo por el Polígono Industrial de Fines. Ella detuvo la marcha y, "confiada en el recto proceder" de su marido, permitió que entrase en el coche y se sentase en el asiento del copiloto. Tras esto, reanudaron la marcha hasta que él le mandó parar recorridos unos cuantos metros.

Según el Ministerio Público, una vez estacionado el vehículo, el procesado "puso en ejecución sus designios criminales" y "de forma sorpresiva e inesperada para la víctima, que nada pudo hacer por defenderse", le disparó a quemarropa a la altura del abdomen. Cuando ella estaba "aturdida", Óscar P.F. asió la navaja y la degolló. El fiscal recoge, que antes de que Rosa muriese asesinada, le dio un segundo corte de más de once centímetros en uno de sus muslos y efectuó otro disparó que rompió el cristal de la ventanilla.

Una vez consumado el crimen, el acusado llevó el coche a una vía verde del municipio y trasladó el cadáver al maletero "para que no pudiera ser visto por ningún viandante". A continuación, fue hasta su domicilio, se cambió de ropa y salió a buscar a su amigo F.J.R.F, a quien le contó lo que había hecho y le pidió ayuda para ocultar el cuerpo.

"INFORMACIÓN SESGADA Y PARCIAL"

Tras proveerse de picos y palas, se dirigieron hasta la "Ramblilla de las Vacas', en el término municipal de Tabernas y unos 51 kilómetros de Fines, y enterraron el cadáver en una cueva natural, lugar en el que fue encontrado por la Guardia Civil tres días después gracias a las "información sesgada y parcial" que fueron obteniendo los investigadores del presunto encubridor.

Para llegar hasta esta zona, "inhóspita y abandonada", cada uno fue en un vehículo. Óscar P.F. se deshizo del turismo de la víctima abandonándolo en una zona conflictiva de la capital almeriense mientras que F.J.R.F., según el fiscal, regresó a Fines y le recogió en la barriada de El Puche al día siguiente. Ninguna de las armas homicidas fue encontrada durante la instrucción.

El escrito, en el que se interesa que indemnice a su hija menor de edad con 150.000 euros y a los padres de Rosa Galera con un total de 100.000 euros, señala que el procesado tiene una dependencia moderada a los opiáceos y a la cocaína, lo que, remarca, "no le afecta a sus capacidades de entender la naturaleza y trascendencia de los hechos que se le imputan ni actuar conforme a ese conocimiento".

Marido de Rosa Galera dice que el arma disparó "accidentalmente" y no saber porqué la degolló

Vecinos de Fines llegados en dos autobuses han apoyado a la familia de la víctima y han protagonizado momentos de tensión con el acusado

Óscar P.F., autor confeso de la muerte en mayo de 2011 de su esposa, Rosa Galera, en Fines (Almería) ha asegurado este martes ante jurado popular que no se "reconoce" cuando piensa en el "acto cruel" que cometió y ha alegado estar bajo los efectos de las sustancias estupefacientes y el abuso de alcohol cuando perpetró el crimen. Ha sostenido que el arma de fuego, "un trasto artesanal", según la ha descrito, que portaba se disparó de forma "accidental" pero no ha dado respuesta al ser interpelado acerca de porqué, a continuación, la degolló con una navaja.

"Se disparó sola la pistola. No lo sé, fue muy rápido. No entiendo porqué le di un corte en el cuello. No debía de haber pasado. Nada debía haber pasado. Estaba cegado. Llevo dos años dándole vueltas y no se porqué pasó", ha afirmado a preguntas del fiscal el procesado, quien a lo largo de toda la sesión se ha mostrado visiblemente nervioso y alterado, y se ha encarado en varias ocasiones con las acusaciones y con la presidenta del tribunal, la magistrada Lourdes Molina, quien, en hasta cuatro ocasiones, le ha advertido con expulsarle de la sala.

Óscar P.F., quien en todo momento ha exculpado al otro implicado en la causa, F.J.R.F., acusado de encubrimiento, se ha mostrado reacio en un principio a detallar lo que paso en la mañana del 31 de mayo de 2011 y ha remitido a su declaración ante el juzgado instructor al tiempo que ha usado en la mayor parte de su testimonio el modo condicional en los verbos alegando no recordar lo que hizo mientras repetía su "arrepentimiento". "Cuando vi que era verdad la desgracia, que no era una pesadilla —cuatro días después del crimen—, colaboré con la Guardia Civil y dije donde estaba el cuerpo para que descansara en paz", ha trasladado a preguntas de su defensa.

"No tengo claro lo que pasó", ha apuntillado en repetidas ocasiones el procesado, quien, después de quitarle la vida a su mujer, con quien llevaba meses separado y tiene una hija de ocho años, fue a su casa a cambiarse de ropa "porque me sentía asqueroso" y luego a 50 kilómetros de su pueblo a enterrar el cadáver en una cueva ubicada en un paraje "inhóspito" del desierto de Tabernas. A continuación, tal y como ha explicado al tribunal, fue a la barriada almeriense de El Puche a "pillar droga". "Me machaqué dos gramos de revuelto e imagino que ya me tranquilicé", ha dicho.
En su interrogatorio el acusado ha dejado entrever la línea principal de su defensa, que alega, según ha trasladado su letrado en su alegato inicial al jurado popular, que actuó bajo "un estado pasional, que le llevó a cometer una locura, sobrepasado por las circunstancias de que ella se negara a hablar y a reanudar la relación" y sostiene que, en el momento de cometer el crimen, "estuvo ausente de sus facultades por el consumo de alcohol y estupefacientes", por lo que, a su juicio, no sería responsable penalmente de sus actos.

Las acusaciones, por su parte, han remarcado ante el tribunal que las circunstancias en las que quitó la vida a Rosa Galera son "todo lo contrario" a lo descrito por la defensa y han insistido en que Óscar P.L., al matarla, no estaba "obcecado" sino actuó bajo un plan. "Compró el arma de fuego, cogió una navaja, la llevó a un lugar apartado, a una hora intempestiva, le pegó dos tiros y, por si fuera poco, la degolló.

Quiso matar, no estaba enajenado, puso todos los medios para hacerlo y conscientemente quería. Hizo lo que quiso y pudo haberlo evitado", han asegurado.

Al ser interpelado por las armas homicidas, ha asegurado que "probablemente" las tiró como las herramientas usadas para el enterramiento. Ha justificado que tuviese un arma de fuego en que tenía "muchos problemas de pago con puntos de venta de droga" y la posesión de la navaja en que era "coleccionista" aunque, a preguntas de la presidenta del tribunal, ha reconocido que solía llevarla nunca encima. Ha descrito su relación "con discusiones, como las de las demás parejas" y ha rechazado, que tal y como sostiene algunos testigos, amenazase de muerte a la víctima o alertase a los familiares de que les iba a dar "una sorpresa".


Acusación fiscal
Ante las remisiones constantes que el procesado ha hecho a sus declaraciones ante la Guardia Civil y en instrucción, el fiscal ha solicitado al tribunal la incorporación de estos testimonios a las actas para el jurado, lo que ha sido admitido. De hecho, su argumento más repetido ante las interpelaciones de las acusaciones ha sido: "Si eso lo pone así, supongo. Es lo más aproximado de lo que pudo pasar porque no me acuerdo, intento olvidarlo todos los días. Se me escapó de las manos. Fue un par de segundos. Visto y no visto. No sé porqué me dio eso".
El escrito de acusación fiscal recoge que Óscar P.F., quien llevaba varios meses "separado de hecho" de la víctima, preparó a primera hora de la mañana del 30 de mayo de 2011 el asesinato y que, con la "clara finalidad de acabar con su vida", tomó una pistola de fabricación artesanal, que cargó con dos proyectiles de 12 milímetros, y una navaja.

A continuación, salió a la calle y abordó a Rosa Galera cuando circulaba en su turismo por el Polígono Industrial de Fines. Ella detuvo la marcha y, "confiada en el recto proceder" de su marido, permitió que entrase en el coche y se sentase en el asiento del copiloto. Tras esto, reanudaron la marcha hasta que él le mandó parar recorridos unos cuantos metros.
Según el Ministerio Público, una vez estacionado el vehículo, el procesado "puso en ejecución sus designios criminales" y "de forma sorpresiva e inesperada para la víctima, que nada pudo hacer por defenderse", le disparó a quemarropa a la altura del abdomen. Cuando ella estaba "aturdida", Óscar P.F. asió la navaja y la degolló. El fiscal recoge, que antes de que Rosa muriese asesinada, le dio un segundo corte de más de once centímetros en uno de sus muslos y efectuó otro disparó que rompió el cristal de la ventanilla.

Una vez consumado el crimen, el acusado llevó el coche a una vía verde del municipio y trasladó el cadáver al maletero "para que no pudiera ser visto por ningún viandante". A continuación, fue hasta su domicilio, se cambió de ropa y salió a buscar a su amigo F.J.R.F, a quien le contó lo que había hecho y le pidió ayuda para ocultar el cuerpo.

El asesino de Rosa Galera admite el crimen y aduce un arrebato por celos

Óscar Perales, autor confeso del crimen: “Si matara a todos los que digo que voy a matar tendría un cementerio para mí sólo”

Oscar P.F., autor confeso de la muerte en mayo de 2011 de su esposa, Rosa Galera, en Fines (Almería) ha asegurado este martes ante jurado popular que no se "reconoce" cuando piensa en el "acto cruel" que cometió y ha alegado estar bajo los efectos de las sustancias estupefacientes y el abuso de alcohol cuando perpetró el crimen. Ha sostenido que el arma de fuego, "un trasto artesanal", según la ha descrito, que portaba se disparó de forma "accidental" dos veces pero no ha dado respuesta al ser interpelado acerca de porqué, a continuación, la degolló con una navaja.
"Se disparó sola la pistola. No lo sé, fue muy rápido. No entiendo por qué le di un corte en el cuello. No debía de haber pasado. Nada debía haber pasado. Estaba cegao. Llevo dos años dándole vueltas y no sé por qué pasó", ha afirmado a preguntar del fiscal el procesado, quien a lo largo de toda la sesión se ha mostrado visiblemente nervioso y alterado, y se ha encarado en varias ocasiones con las acusaciones y con la presidenta del tribunal, la magistrada Lourdes Molina, quien, en hasta cuatro ocasiones, le ha advertido con expulsarle de la sala.
Oscar P.F., quien en todo momento ha exculpado al otro implicado en la causa, F.J.R.F., acusado de encubrimiento, se ha mostrado reacio en un principio a detallar lo que pasó en la mañana del 31 de mayo de 2011 y ha remitido a su declaración ante el juzgado instructor al tiempo que ha usado en la mayor parte de su testimonio el modo condicional en los verbos alegando no recordar lo que hizo mientras repetía su "arrepentimiento". "Cuando vi que era verdad la desgracia, que no era una pesadilla, colaboré con la Guardia Civil y dije dónde estaba el cuerpo para que descansara en paz", ha trasladado a preguntas de su defensa.
"No tengo claro lo que pasó", ha apuntillado en repetidas ocasiones el procesado, quien, después de quitarle la vida a su mujer, con quien llevaba meses separado y tiene una hija de ocho años, fue a su casa a cambiarse de ropa porque se sentía "asqueroso" y luego a 50 kilómetros de su pueblo a enterrar el cadáver en una cueva ubicada en un paraje "inhóspito" del desierto de Tabernas. A continuación, tal y como ha explicado al tribunal, fue a la barriada almeriense de El Puche a "pillar droga". "Me machaqué dos gramos de revuelto e imagino que ya me tranquilicé", ha dicho.

martes, 25 de junio de 2013

Rosa Galera busca su último consuelo

Comienza hoy el juicio por uno de los crímenes más atroces que se recuerdan El presunto asesino la mató, la degolló y la enterró en una rambla de Tabernas


Rosa Galera busca su último consuelo

   
Uno de los carteles colgados durante su búsqueda.

La Audiencia Provincial de Almería acoge desde hoy el inicio de la vista oral con tribunal de jurado contra Óscar P.F., el hombre de 36 años y vecino de Fines que se enfrenta a una pena de 21 años y seis meses de prisión acusado de asesinar en mayo de 2011 a su esposa, Rosa Galera, a quien supuestamente disparó en el interior de su turismo y, posteriormente, degolló. A continuación, el procesado, quien tiene una hija de seis años en común con la víctima, quien tenía 28 años, se deshizo presuntamente de su cadáver enterrándolo en una cueva ubicada en un paraje "inhóspito y deshabitado" del municipio de Tabernas, situado a más de 50 kilómetros de su pueblo.

Óscar P.F. enfrenta a una petición del fiscal de 19 años de cárcel como autor de un delito de asesinato y otros 30 meses de prisión por un delito de tenencia ilícita de armas. La acusación particular eleva la pena a 25 años al considerar que medió ensañamiento en el crimen mientras que por el segundo delito interesa tres años de cárcel.

Para el traslado y la sepultura del cuerpo sin vida de Rosa Galera., el procesado contó con la colaboración, según recogen ambas acusaciones, de un segundo implicado, F.J.R.F., para el que solicitan penas que oscilan entre los dos años y nueve meses, y los tres años de prisión como presunto autor de un delito de encubrimiento.

El escrito de acusación fiscal, recoge que Óscar P.F., quien llevaba varios meses "separado de hecho" de la víctima, preparó a primera hora de la mañana del 30 de mayo de 2011 el asesinato y que, con la "clara finalidad de acabar con su vida", tomó una pistola de fabricación artesanal, que cargó con dos proyectiles de 12 milímetros, y una navaja. A continuación, salió a la calle y abordó a Rosa Galera cuando circulaba en su turismo por el Polígono Industrial de Fines. Ella detuvo la marcha y, "confiada en el recto proceder" de su marido, permitió que entrase en el coche y se sentase en el asiento del copiloto. Tras esto, reanudaron la marcha hasta que él le mandó parar recorridos unos cuantos metros.

Una vez estacionado el vehículo, el procesado "puso en ejecución sus designios criminales" y "de forma sorpresiva e inesperada para la víctima, que nada pudo hacer por defenderse", le disparó a quemarropa a la altura del abdomen. Cuando ella estaba "aturdida", Óscar P.F. asió la navaja y la degolló.

El fiscal recoge, que antes de que Rosa muriese asesinada, le dio un segundo corte de más de once centímetros en uno de sus muslos y efectuó otro disparó que rompió el cristal de la ventanilla al tiempo que subraya que el deceso se produjo por un shock hemorrágico, unido a la herida por arma de fuego, "de riesgo vital". Una vez consumado el crimen, el acusado llevó el coche a una vía verde del municipio y trasladó el cadáver al maletero "para que no pudiera ser visto por ningún viandante". A continuación, fue hasta su domicilio, se cambió de ropa y salió a buscar a su amigo F.J.R.F, a quien le contó lo que había hecho y le pidió ayuda para ocultar el cuerpo.

Tras proveerse de picos y palas, se dirigieron hasta la Ramblilla de las Vacas, en el término municipal de Tabernas y unos 51 kilómetros de Fines, y enterraron el cadáver en una cueva natural, lugar en el que fue encontrado por la Guardia Civil tres días después gracias a las "información sesgada y parcial" que fueron obteniendo los investigadores del presunto encubridor. Para llegar hasta esta zona, "inhóspita y abandonada", cada uno fue en un vehículo. Óscar P.F. se deshizo del turismo de la víctima abandonándolo en una zona conflictiva de la capital almeriense mientras que F.J.R.F., según el fiscal, regresó a Fines y le recogió en la barriada de El Puche al día siguiente. Ninguna de las armas homicidas fue encontrada durante la instrucción.

El presunto encubridor y cómplice fue detenido por la Guardia Civil a principios de junio por quebrantamiento de una medida cautelar impuesta por la Audiencia Provincial de Almería, en la que se le prohíbe acercarse a la localidad de la que era natural la víctima.

El escrito, en el que se interesa que indemnice a su hija menor de edad con 150.000 euros y a los padres de Rosa Galera con un total de 100.000 euros, señala que el procesado tiene una dependencia moderada a los opiáceos y a la cocaína, lo que, remarca, "no le afecta a sus capacidades de entender la naturaleza y trascendencia de los hechos que se le imputan ni actuar conforme a ese conocimiento".

Alrededor de 500 personas se concentraron en la Plaza del Ayuntamiento de Fines (Almería) el pasado 31 de mayo en apoyo a los familiares y amigos de Rosa Galera para conmemorar el segundo aniversario de su muerte. Hoy comenzarán a recibir una parte del consuelo que buscaban

Arranca en Almería el juicio con jurado contra el marido de Rosa Galera, acusado de su asesinato

La Audiencia Provincial de Almería acoge este martes el arranque de la vista oral con tribunal de jurado contra Óscar P.F., el hombre de 36 años y vecino de Fines (Almería) que se enfrenta a una pena de 21 años y seis meses de prisión acusado de asesinar en mayo de 2011 a su esposa, Rosa Galera, a quien supuestamente disparó en el interior de su turismo y, posteriormente, degolló.
   A continuación, el procesado, quien tiene una hija de seis años en común con la víctima, quien tenía 28 años, se deshizo presuntamente de su cadáver enterrándolo en una cueva ubicada en un paraje "inhóspito y deshabitado" del municipio de Tabernas, situado a más de 50 kilómetros de su pueblo.
   Óscar P.F., que será enjuiciado ante la Sección Primera, se enfrenta a una petición del fiscal de 19 años de cárcel como autor de un delito de asesinato y otros 30 meses de prisión por un delito de tenencia ilícita de armas. La acusación particular eleva la pena a 25 años al considerar que medió ensañamiento en el crimen mientras que por el segundo delito interesa tres años de cárcel.
  
Para el traslado y la sepultura del cuerpo sin vida de Rosa Galera., el procesado contó con la colaboración, según recogen ambas acusaciones, de un segundo implicado, F.J.R.F., para el que solicitan penas que oscilan entre los dos años y nueve meses, y los tres años de prisión como presunto autor de un delito de encubrimiento.
  
El escrito de acusación fiscal, al que ha tenido acceso Europa Press, recoge que Óscar P.F., quien llevaba varios meses "separado de hecho" de la víctima, preparó a primera hora de la mañana del 30 de mayo de 2011 el asesinato y que, con la "clara finalidad de acabar con su vida", tomó una pistola de fabricación artesanal, que cargó con dos proyectiles de 12 milímetros, y una navaja.
   A continuación, salió a la calle y abordó a Rosa Galera cuando circulaba en su turismo por el Polígono Industrial de Fines. Ella detuvo la marcha y, "confiada en el recto proceder" de su marido, permitió que entrase en el coche y se sentase en el asiento del copiloto. Tras esto, reanudaron la marcha hasta que él le mandó parar recorridos unos cuantos metros.
   Según el Ministerio Público, una vez estacionado el vehículo, el procesado "puso en ejecución sus designios criminales" y "de forma sorpresiva e inesperada para la víctima, que nada pudo hacer por defenderse", le disparó a quemarropa a la altura del abdomen. Cuando ella estaba "aturdida", Óscar P.F. asió la navaja y la degolló.
   El fiscal recoge, que antes de que Rosa muriese asesinada, le dio un segundo corte de más de once centímetros en uno de sus muslos y efectuó otro disparó que rompió el cristal de la ventanilla al tiempo que subraya que el deceso se produjo por un shock hemorrágico, unido a la herida por arma de fuego, "de riesgo vital".
   Una vez consumado el crimen, el acusado llevó el coche a una vía verde del municipio y trasladó el cadáver al maletero "para que no pudiera ser visto por ningún viandante". A continuación, fue hasta su domicilio, se cambió de ropa y salió a buscar a su amigo F.J.R.F, a quien le contó lo que había hecho y le pidió ayuda para ocultar el cuerpo.

"INFORMACIÓN SESGADA Y PARCIAL"

   Tras proveerse de picos y palas, se dirigieron hasta la "Ramblilla de las Vacas', en el término municipal de Tabernas y unos 51 kilómetros de Fines, y enterraron el cadáver en una cueva natural, lugar en el que fue encontrado por la Guardia Civil tres días después gracias a las "información sesgada y parcial" que fueron obteniendo los investigadores del presunto encubridor.
   Para llegar hasta esta zona, "inhóspita y abandonada", cada uno fue en un vehículo. Óscar P.F. se deshizo del turismo de la víctima abandonándolo en una zona conflictiva de la capital almeriense mientras que F.J.R.F., según el fiscal, regresó a Fines y le recogió en la barriada de El Puche al día siguiente. Ninguna de las armas homicidas fue encontrada durante la instrucción.
   Precisamente, el presunto encubridor y cómplice fue detenido por la Guardia Civil a principios de junio por quebrantamiento de una medida cautelar impuesta por la Audiencia Provincial de Almería, en la que se le prohíbe acercarse a la localidad de la que era natural la víctima.
   El escrito, en el que se interesa que indemnice a su hija menor de edad con 150.000 euros y a los padres de Rosa Galera con un total de 100.000 euros, señala que el procesado tiene una dependencia moderada a los opiáceos y a la cocaína, lo que, remarca, "no le afecta a sus capacidades de entender la naturaleza y trascendencia de los hechos que se le imputan ni actuar conforme a ese conocimiento".

CUMPLIMIENTO ÍNTEGRO DE PENAS

   Por su parte, la acusación particular, ejercida por el letrado Alfredo Najas de la Cruz y que coincide en lo esencial con el relato de hechos con el del Ministerio Público, solicita la máxima pena prevista en el Código Penal para el delito de asesinato al estimar que existió ensañamiento.
   Alrededor de 500 personas se concentraron en la Plaza del Ayuntamiento de Fines (Almería) el pasado 31 de mayo en apoyo a los familiares y amigos de Rosa Galera para conmemorar el segundo aniversario de su muerte. El acto, en el que se leyó un manifiesto y se guardaron cinco minutos de silencio, sirvió para expresar el rechazo colectivo a la violencia de género y mostrar el apoyo a los familiares de cara a la vista oral.
   Los familiares anunciaron, asimismo, la presentación unas 50.000 firmas para solicitar en el Congreso que se modifique el Código Penal a fin de que los condenados por violencia de género cumplan íntegramente las penas que se les imponen.

lunes, 24 de junio de 2013

Mañana martes 25 de Junio comienza el juicio contra el asesino confeso de Rosa Galera

Fiscalía pide 21 años de prisión mientras que la acusación particular solicita el máximo de 25 años


Este próximo martes 25 de junio se constituirá el jurado popular que determinará la pena que recaerá sobre Óscar P.F. asesino confeso de Rosa Galera, vecina de Fines, su ex esposa y madre de su hija, una niña de ocho años de edad. A dos años del trágico suceso, el acusado y su cómplice, se sentarán en el banquillo para responder ante la justicia. Luego de la conformación del jurado, los días subsiguientes hasta el viernes inclusive, más de veinte testigos declararán en la Audiencia Provincial, a la espera del veredicto que se conocerá siete días después. La Fiscalía Provincial tiene previsto solicitar 21 años y seis meses de prisión, mientras que la acusación particular eleva el pedido a 25 años, el máximo previsto, por tratarse de un crimen cometido con alevosía, luego de que Óscar P.F. de 36 años de edad, disparara por dos veces, degollara, e hiriera a la víctima en un muslo, luego de descartarse que el ex marido de Rosa Galera, actuara bajo los efectos del alcohol y las drogas. Para F.J.R.F. amigo y acusado de encubrir al principal acusado, se pedirán penas que oscilan entre los dos años y nueve meses de prisión y los tres años.

sábado, 8 de junio de 2013

El juicio por asesinato de Rosa Galera se celebrará a partir del 25 de junio

El juicio contra el presunto asesino de Rosa Galera en Fines (Almería), cuya muerte motivó el inicio de recogida de firmas para el endurecimiento de las penas por crímenes machistas, se celebrará en la Audiencia de Almería a partir del 25 de junio, han informado a Efe fuentes judiciales.
La vista oral, que se celebrará ante la Sección Primera de la Audiencia y en la que hay un segundo acusado por encubrimiento, se ha programado para los días 25, 26, 27 y 28 de junio, y 1, 2 y 3 de julio.
El abogado que ejerce la acusación particular, Alfredo Najas, ha asegurado a Efe que la familia de Rosa esperaba desde hace tiempo conocer la fecha de señalamiento para que se celebre cuanto antes el juicio y se haga justicia.
El fiscal tiene previsto solicitar penas que suman 21 años y seis meses de prisión para Óscar P.F., de 35 años, acusado de asesinar en mayo del 2011 a su exmujer, Rosa Galera, de 28 años, con la que tenía una hija de 5 años en común.
El Ministerio Público, a cuyo escrito de calificación ha tenido acceso Efe, pide para el procesado 19 años de cárcel por un delito de asesinato y dos años y seis meses por tenencia ilícita de armas prohibidas, así como una indemnización de 150.000 euros a la hija menor de la víctima y otra de 50.000 euros a cada uno de sus padres.
Para un segundo acusado, F.J.R.F., el fiscal pide una pena de dos años y nueve meses de prisión por un delito de encubrimiento.
La acusación particular eleva la petición de pena para Óscar P.F. a 28 años de prisión -25 por asesinato y tres por la tenencia ilícita de armas-, mientras que para el presunto encubridor interesa tres años de cárcel.
Según el relato del Ministerio Público, Óscar P.F., "con la clara finalidad de terminar con la vida de su esposa, de la que llevaba varios meses separado", tomó sobre las 7.45 horas del 30 de mayo de 2011 una pistola de fabricación artesanal cargada con perdigones y una navaja, y abordó a Rosa cuando ésta conducía su vehículo por el polígono industrial de Fines.
La mujer detuvo la marcha tras ser adelantada por el acusado y, "confiada en el recto proceder del acusado, permitió que éste accediera a su vehículo" y se sentara en el asiento del copiloto.
Ambos avanzaron unos metros hasta que Rosa, "a instancias del acusado", detuvo el vehículo a la altura de la calle Colombia del citado polígono industrial.
Una vez estacionado el coche, el acusado sacó la pistola y de "forma sorpresiva e inesperada para Rosa, que nada pudo hacer por defenderse", le disparó en el abdomen.
A continuación, mientras Rosa estaba "totalmente aturdida", el acusado cogió la navaja y le produjo una herida "de degüello" de 12,7 centímetros que le produjo la muerte.
Según el fiscal, el acusado metió el cuerpo en el maletero y se desplazó a su domicilio para cambiarse de ropa y buscar a su amigo, el también procesado F.J.R.F., al que contó lo sucedido y pidió ayuda para ocultar el cadáver.
Ambos acusados tomaron un pico y una pala y trasladaron el cuerpo a un paraje de la "Ramblilla de las Vacas" de Tabernas, a unos 50 kilómetros de Fines, donde el presunto asesino enterró a Rosa, mientras F.J.R.F., que había ido delante con su propio vehículo para avisarle en caso de ver algún control de la Guardia Civil, regresó a Fines.

Detenido el presunto encubridor del crimen de Rosa Galera tras incumplir su alejamiento de Fines

La Guardia Civil de Almería ha detenido al presunto encubridor del crimen de Rosa Galera, la mujer de 28 años que fue presuntamente asesinada a manos de su expareja, quien trató de deshacerse del cuerpo ocultándolo en un paraje de Tabernas (Almería), para lo que se sirvió supuestamente de la ayuda de su amigo F.J.R.F.

La Guardia Civil de Almería ha detenido al presunto encubridor del crimen de Rosa Galera, la mujer de 28 años que fue presuntamente asesinada a manos de su expareja, quien trató de deshacerse del cuerpo ocultándolo en un paraje de Tabernas (Almería), para lo que se sirvió supuestamente de la ayuda de su amigo F.J.R.F.
Fuentes de la Comandancia de la Guardia Civil han indicado a Europa Press que la detención se produjo en la tarde de este martes cuando el acusado se encontraba en la localidad de Fines (Almería), sentido en el que habría quebrado una medida cautelar impuesta por la Audiencia Provincial de Almería en la que se le prohíbe acudir a la localidad de la que era natural la víctima.
F.J.R.F., para el que el fiscal y la acusación particular solicitan penas que oscilan entre los dos años y nueve meses, y los tres años de prisión como presunto autor de un delito de encubrimiento; se enfrentará el próximo 25 de junio al juicio con jurado por la muerte de Rosa Galera junto con el principal sospechoso, Óscar P.F., el hombre de 36 años y vecino de Fines, para el que piden entre 19 y 25 años de prisión.
Los agentes se habían percatado días atrás del a presencia del sospechoso en el municipio ya que, según indica este miércoles 'Diario de Almería', el imputado llevaba varias semanas residiendo en su vivienda de Fines, a donde había vuelto. En este sentido, vecinos del municipio y familiares de Rosa Galera habrían alertado de su presencia en el pueblo.
Según consta en el escrito provisional del Ministerio Público, F.J.R.F. fue reclamado por el principal acusado tras el crimen, de forma que le contó lo que había hecho y le pidió ayuda para ocultar el cuerpo. Con esto, F.J.R.F. habría contribuido a ocultar el cuerpo de la víctima en un paraje y habría ayudado a Óscar P.F. a regresar a Fines después de que éste abandonara el coche de Rosa Galera en el barrio de El Puche de la capital.

domingo, 2 de junio de 2013

Unas 500 personas apoyan a la familia de Rosa Galera al segundo año del crimen y a un mes de juicio al exmarido

Alrededor de 500 personas se han concentrado este viernes en la Plaza del Ayuntamiento de Fines (Almería) en apoyo a los familiares y amigos de Rosa Galera para conmemorar el segundo aniversario de su muerte, presuntamente a manos de su expareja, antes de que se celebre la vista oral con jurado popular cuyo comienzo está señalado en la Audiencia Provincial de Almería para el 25 de junio.
El acto, en el que se ha leído un manifiesto y se han guardado cinco minutos de silencio, ha contado con la asistencia de unos 500 vecinos, según ha indicado a Europa Press el alcalde del municipio, Rogelio Sánchez.
Posteriormente se han depositado las velas que han portado cada uno de los asistentes durante los minutos de silencio junto a la fotografía de Rosa Galero a las puertas de la parroquia de la localidad. * El acto también ha servido para expresar el rechazo colectivo a la violencia de género y se ha mostrado el apoyo a los familiares de cara a la vista oral.
Los familiares han anunciado, asimismo, que "en los próximos días" presentarán unas 50.000 firmas para solicitar en el Congreso que se modifique el Código Penal a fin de que los condenados por violencia de género cumplan íntegramente las penas que se les imponen
La Fiscalía Provincial tiene previsto solicitar penas que suman 21 años y seis meses de prisión para Óscar P.F., el hombre de 36 años y vecino de Fines (Almería) acusado de asesinar en mayo de 2011 a su esposa, a quien disparó en el interior de su turismo y, posteriormente, degolló.
El procesado, quien tiene una hija de seis años en común con la víctima, de 28 años, se deshizo presuntamente del cadáver de Rosa Galera enterrándolo en una cueva ubicada en un paraje "inhóspito y deshabitado" del municipio de Tabernas, situado a más de 50 kilómetros de su pueblo. Óscar P.F se enfrenta a una petición del fiscal de 19 años de cárcel como autor de un delito de asesinato y otros 30 meses de prisión por un delito de tenencia ilícita de armas.
La acusación particular eleva la pena a 25 años al considerar que medió ensañamiento en el crimen mientras que por el segundo delito interesa tres años de cárcel. Para el traslado y la sepultura del cuerpo sin vida de Rosa Galera., el procesado contó con la colaboración, según recogen ambas acusaciones, de un segundo implicado, F.J.R.F., para el que solicitan penas que oscilan entre los dos años y nueve meses, y los tres años de prisión como presunto autor de un delito de encubrimiento.
El escrito de acusación fiscal, al que ha tenido acceso Europa Press, recoge que Óscar P.F., quien llevaba varios meses "separado de hecho" de la víctima, preparó a primera hora de la mañana del 30 de mayo de 2011 el asesinato y que, con la "clara finalidad de acabar con su vida", tomó una pistola de fabricación artesanal, que cargó con dos proyectiles de 12 milímetros, y una navaja. A continuación, salió a la calle y abordó a su víctima cuando circulaba en su turismo por el Polígono Industrial de Fines.
Una vez consumado el crimen, el acusado llevó el coche a una vía verde del municipio y trasladó el cadáver al maletero "para que no pudiera ser visto por ningún viandante". A continuación, fue hasta su domicilio, se cambió de ropa y salió a buscar a su amigo F.J.R.F, a quien le contó lo que había hecho y le pidió ayuda para ocultar el cuerpo.
Tras proveerse de picos y palas, se dirigieron hasta la Ramblilla de las Vacas, en el término municipal de Tabernas y unos 51 kilómetros de Fines, y enterraron el cadáver en una cueva natural, lugar en el que fue encontrado por la Guardia Civil tres días después gracias a las "información sesgada y parcial" que fueron obteniendo los investigadores del presunto encubridor.
Para llegar hasta esta zona, "inhóspita y abandonada", cada uno fue en un vehículo. Óscar P.F. se deshizo del turismo de la víctima abandonándolo en una zona conflictiva de la capital almeriense mientras que F.J.R.F., según el fiscal, regresó a Fines y le recogió en la barriada de El Puche al día siguiente.
Ninguna de las armas homicidas fue encontrada durante la instrucción. El escrito, en el que se interesa que indemnice a su hija menor de edad con 150.000 euros y a los padres de Rosa con un total de 100.000 euros, señala que el procesado tiene una dependencia moderada a los opiáceos y a la cocaína, lo que, remarca, "no le afecta a sus capacidades de entender la naturaleza y trascendencia de los hechos que se le imputan ni actuar conforme a ese conocimiento".

sábado, 1 de junio de 2013

El Almanzora vuelve a pedir justicia cuando se cumplen dos años de la muerte de Rosa Galera

Más de 400 personas se concentraban ayer para que no se olvide este caso de violencia de género

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Este mes de mayo se cumplen dos años del último caso de violencia de género en la comarca del Almanzora. Rosa Galera, con apenas 28 años dejó de estar con su hija, de disfrutar de su familia y amigos y en Fines su pueblo, la recuerdan aún con un dolor difícil de curar. Por eso más de cuatrocientas personas acudieron a la concentración que anoche se celebraba en la Plaza del Ayuntamiento. Su prima María Ángeles y una amiga de Rosa fueron las responsables de leer un manifiesto en el que se hacía un llamamiento para luchar contra esta lacra que cuesta la vida a muchas mujeres; “la sociedad no puede permitir que los agresores ganen la partida a las víctimas y somos los ciudadanos quienes tenemos la obligación de provocar el cambio”.
A pesar de que han pasado ya dos años, no están dispuestos a que se olvide lo que ha sucedido con Rosa. Más aún cuando en menos de un mes, el próximo 25 de junio comienza el juicio en la Audiencia Provincial de Almería contra el supuesto asesino ante un jurado popular.
La comarca del Almanzora pide justicia y reclama que el supuesto asesino cumpla la pena máxima. Para ello familiares y amigos llevan dos años recogiendo firmas, quieren que la muerte de Rosa no haya sido en balde, temen incluso que cuando pasen los años el supuesto asesino y padre de la hija de Rosa, les pueda hacer daño.“ Individuos como éstos no deberían poder salir a ver la luz el sol, yo temo que si algún día sale de la cárcel intente dañar a  mi nieta o a mi hijo. Espero que le caiga el máximo de años posible, porque no solamente ha matado a mi hija, sino que nos ha matado a todos” repite emocionado el padre, Julio Galera.
La Fiscalía Provincial tiene previsto solicitar penas que suman 21 años y seis meses de prisión para el supuesto asesino, Óscar P.F. también vecino de Fines, que está acusado de asesinar en 2011 a su ex pareja sentimental, a quien disparó y después la degolló y posteriormente se deshizo presuntamente de su cadáver enterrándolo en una cueva de Tabernas. La acusación particular por su parte eleva la pena hasta los 25 años de cárcel, al considerar que medió ensañamiento en el crimen.
Han pasado dos años de un caso que conmocionó y movilizó a todo el norte de la provincia, en unos días de búsqueda que se hicieron eternos, y que tuvieron el peor de los finales. Ahora esperan justicia.

El viernes 31 de mayo se celebró una concentración en memoria de Rosa Galera

Los familiares y amigos de Rosa Galera han organizado para hoy una concentración en la Plaza del Ayuntamiento de Fines para conmemorar el segundo aniversario de su muerte, presuntamente a manos de su expareja, Un acto en el que se expresará también el rechazo colectivo a la violencia de género y que tendrá lugar a partir de las diez de la noche.
El objetivo es arropar a los familiares de la víctima en tan triste aniversario de un caso sobre que el se hará justicia a partir del próximo 25 de junio, cuando arranque en la Audiencia Provincial y ante un jurado popular.
La Fiscalía Provincial tiene previsto solicitar penas que suman 21 años y seis meses de prisión para Óscar P.F., el hombre de 36 años y vecino de Fines acusado de asesinar en mayo de 2011 a su esposa, a quien disparó en el interior de su turismo y, posteriormente, degolló.
El procesado, quien tiene una hija de seis años en común con la víctima de 28 años, se deshizo presuntamente del cadáver de Rosa Galera enterrándolo en una cueva ubicada en un paraje "inhóspito y deshabitado" del municipio de Tabernas, situado a más de 50 kilómetros de su pueblo. Óscar P.F., que será enjuiciado por un tribunal de jurado, se enfrenta a una petición del fiscal de 19 años de cárcel como autor de un delito de asesinato y otros 30 meses de prisión por un delito de tenencia ilícita de armas.
La acusación particular eleva la pena a 25 años al considerar que medió ensañamiento en el crimen mientras que por el segundo delito interesa tres años de cárcel. Para el traslado y la sepultura del cuerpo sin vida de Rosa Galera., el procesado contó con la colaboración, según recogen ambas acusaciones, de un segundo implicado, F.J.R.F., para el que solicitan penas que oscilan entre los dos años y nueve meses, y los tres años de prisión como presunto autor de un delito de encubrimiento.