martes, 30 de julio de 2013

Veintiún años y medio de cárcel para el asesino de Rosa Galera

Algo más de lo que pidió el fiscal pero “insuficiente” para la familia de la víctima 

Finalmente fue conocida la sentencia que recayó sobre Óscar Perales por el asesinato de su ex mujer, Rosa Galera, en la localidad de Fines en el mes de mayo de 2011 cuando ésta se dirigía a la Escuela Taller donde se formaba en un curso de cocina. La sentencia redactada por la magistrada Lourdes Molina, ponente del tribunal y presidenta de la Audiencia, castiga al acusado con la pena más alta posible tras el veredicto del jurado popular que tuvo en cuenta la colaboración con la justicia del asesino confeso.  Diecinueve años por asesinato más dos años y medio por tenencia ilícita de armas para el asesino, mientras que para el encubridor y amigo de Perales, Francisco Javier Rangel F. la sentencia determina un año y nueve meses de cárcel. De esta manera, según el abogado de la acusación particular “se ha cumplido con las  penas previstas, luego de que el jurado no haya considerado el agravante de alevosía y estemos por encima de lo que pedía el Ministerio Fiscal”. Por su parte el padre de la víctima Julio Galera, confesó a La Comarca su “decepción con la pena impuesta al asesino de mi hija. No entiendo cómo no han considerado que haya habido ensañamiento, luego de que le pegara dos tiros y le cortara dos veces con un cuchillo, uno de los cortes intentando degollarla”. La familia podría estudiar recurrir la sentencia “ya que no ha sido lo que esperábamos”.

sábado, 6 de julio de 2013

Declaran culpable por unanimidad al asesino de Rosa Galera

Ambas acusaciones particulares han visto rebajada su petición de pena a los 19 años de prisión

El jurado popular ha declarado culpable de asesinato por unanimidad a Óscar P.F., el hombre de 36 años y vecino de Fines acusado de acabar con la vida de su expareja sentimental y esposa, Rosa Galera, a quien supuestamente disparó en el interior de un vehículo y posteriormente degolló, para más tarde tratar de ocultar su cuerpo en un paraje de Tabernas, con la ayuda de F.J.R.F., quien ha sido también declarado culpable de un delito de encubrimiento.
   El veredicto, leído en audiencia pública en la tarde de este viernes en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Almería, considera que Óscar P.F. preparó el crimen y actuó con alevosía al entender que la víctima "no tuvo ninguna opción de defenderse" ante el ataque "sorpresivo y muy rápido" del procesado.
   Asimismo, el jurado pide la aplicación de la agravante de parentesco para el condenado, que tenía un hijo en común con la víctima, si bien ha rechazado que existiera ensañamiento y ha estimado la atenuante de colaboración con la justicia o reparación de daño solicitada por la defensa, que durante la vista oral mantuvo que gracias a las indicaciones de los acusados se pudo localizar el cuerpo de Rosa Galera.
   Con esto, el jurado ha dado validez a la tesis mantenida por el Ministerio Público y las acusaciones en cuanto a que el acusado preparó a primera hora de la mañana del 30 de mayo de 2011 el asesinato y que, con la "clara finalidad de acabar con su vida", tomó una pistola de fabricación artesanal y una navaja antes de abordar a la víctima en un polígono industrial por el que circulaba en coche.
   En este sentido, el Ministerio Público ha rebajado en un año su petición y ha fijado en 18 años de prisión para Óscar P.F. por un delito de asesinato y dos años y seis meses más por un delito de tenencia ilícita de armas, al que también ha sido condenado por el jurado, que ha rechazado las eximentes y atenuantes de anomalía psíquica y toxicomanía, estado pasional y trastorno mental transitorio.
   Así, el jurado entiende que el acusado estaba en posesión de sus facultades cuando una vez a bordo del vehículo disparó a su víctima a la altura del abdomen para posteriormente degollarla y acabar así con su vida; hechos tras los cuales, ocultó el cuerpo en el maletero, acudió a su casa a cambiarse de ropa y solicitó ayuda a un amigo para deshacerse del cuerpo. 
   Por su parte, ambas acusaciones particulares ejercidas por el padre y hermano de Rosa Galera han pedido la máxima pena posible tras las atenuantes, con lo que su petición inicial se ha visto rebajada de los 25 años de prisión a 19, mientras que sobre el resto de cargos se han adherido a la Fiscalía, al igual que han hecho en su totalidad el Abogado del Estado y la Junta de Andalucía.
   La defensa del principal acusado por la muerte de Rosa Galera ha solicitado finalmente una pena de 15 años de prisión por asesinato y seis meses por la tenencia ilícita de armas determinada por el jurado en su veredicto.
   En cuanto a F.J.R.F., considerado culpable de un delito de encubrimiento sobre el que se ha rechazado la tesis de la defensa, que alegó miedo hacia el otro procesado a la hora de actuar, el fiscal solicita la pena máxima de un año y nueve meses de prisión, a la que también se han unido las acusaciones particulares que además, han solicitado la no suspensión de pena en este caso, frente a los seis meses pedidos por la defensa

viernes, 5 de julio de 2013

El jurado declara a Óscar Perales culpable de asesinar a Rosa Galera en Fines

El veredicto condena también a Francisco Javier R. por encubrimiento


El jurado popular reunido en la Audiencia Provincial de Almería ha declarado culpable a los dos jóvenes acusados del denominado Crimen de Fines. Óscar Perales asesinó a Rosa Galera, su ex pareja, en mayo de 2011, de forma premeditada y aprovechando su parentesco con la joven. Mientras, Francisco Javier R. F. es culpable de encubrir un suceso que conocía desde la misma mañana de la muerte.
No obstante, ambos se beneficiarán de la aplicación de la atenuante de colaboración con la Justicia al ofrecer datos determinantes sobre la ubicación del cuerpo de Rosa Galera, hallado en una rambla de Tabernas semienterrado. La sentencia se conocerá en unos días tras la redacción de la magistrada Lourdes Molina, presidenta de la Sala Primera de la Audiencia Provincial de Almería.

jueves, 4 de julio de 2013

La familia de Rosa Galera, la joven que falleció a manos de su marido el pasado día 30 de mayo de 2011 en el municipio de Fines y cuyo cuerpo fue enterrado en una rambla de Tabernas, espera que después de una semana de juicio el veredicto del jurado popular sea "lo más justo posible". No obstante, como destacó el padre de la víctima a este periódico, "para mí no habrá justicia si el asesino de mi hija no pasa el resto de su vida en prisión".

El acusado ha manifestado sus "disculpas" a la familia de Rosa Galera y en especial, a su madre, a quien le ha dicho sin mirarla que lo sentía mucho

El Ministerio Público ha mantenido su petición de 21 años y seis meses de prisión por un delito de asesinato para Oscar P.F., el hombre de 36 años y vecino de Fines (Almería) acusado de acabar con la vida de su expareja sentimental, Rosa Galera, a quien supuestamente disparó en el interior de un vehículo y posteriormente degolló, hechos por los que los dos miembros de la acusación particular solicitan la pena máxima de 25 años de cárcel.
Así se ha ratificado en la última sesión de la vista oral con jurado que ha tenido lugar este miércoles en la Audiencia Provincial de Almería en la que el principal acusado se ha dirigido a la sala para asegurar que los hechos por los que se le juzgan han ocurrido "en contra" de su voluntad. En esta línea, ha manifestado sus "disculpas" a la familia de Rosa Galera y en especial, a su madre, a quien le ha dicho sin mirarla que lo sentía mucho.
Por su parte, la defensa del principal encausado ha defendido que los hechos por los que se juzgan a su patrocinado son constitutivos de un delito de homicidio en el que, según ha expuesto, deben concurrir además varias eximientes y atenuantes como la anomalía psíquica y toxicomanía, el estado pasional, trastorno mental transitorio y la reparación de daño, al entender que colaboró para hallar el cuerpo de la joven.
Según ha mantenido el fiscal, el acusado preparó a primera hora de la mañana del 30 de mayo de 2011 el asesinato y que, con la "clara finalidad de acabar con su vida", tomó una pistola de fabricación artesanal, que cargó con dos proyectiles de 12 milímetros, y una navaja.
A continuación, salió a la calle y abordó a Rosa Galera cuando circulaba en su turismo por el Polígono Industrial de Fines. Ella detuvo la marcha y, "confiada en el recto proceder" de su marido, permitió que entrase en el coche y se sentase en el asiento del copiloto.
Tras esto, reanudaron la marcha hasta que él le mandó parar recorridos unos cuantos metros. Según el Ministerio Público, una vez estacionado el vehículo, el procesado "puso en ejecución sus designios criminales" y "de forma sorpresiva e inesperada para la víctima, que nada pudo hacer por defenderse", le disparó a quemarropa a la altura del abdomen. Cuando ella estaba "aturdida", Oscar P.F. asió la navaja y la degolló.
Así, la Fiscalía sostiene que el procesado se deshizo presuntamente de su cadáver enterrándolo en una cueva ubicada en un paraje "inhóspito y deshabitado" del municipio de Tabernas, situado a más de 50 kilómetros de su pueblo, para lo que contó con la colaboración de F.J.R.F., para quien el fiscal pide 2 años y nueve meses de prisión, mientras que su defensa ha solicitado la libre absolución al entender que no cooperó con los hechos sino que actuó motivado por "el miedo" hacía el principal acusado.

La familia de Rosa Galera espera un veredicto "lo más justo posible"

El jurado popular se reúne hoy a deliberar tras recibir las conclusiones finales de las partes

La familia de Rosa Galera, la joven que falleció a manos de su marido el pasado día 30 de mayo de 2011 en el municipio de Fines y cuyo cuerpo fue enterrado en una rambla de Tabernas, espera que después de una semana de juicio el veredicto del jurado popular sea "lo más justo posible". No obstante, como destacó el padre de la víctima a este periódico, "para mí no habrá justicia si el asesino de mi hija no pasa el resto de su vida en prisión".

Previsiblemente hoy la presidenta de la sala entregará el objeto del veredicto al jurado para que se reúnan a deliberar, después de las conclusiones finales de las partes y los informes.

La familia de Rosa Galera acude hoy a la Audiencia Provincial arropada por decenas de vecinos del municipio de Fines que como el primer día del juicio viajaron en autobús desde el municipio de la comarca del mármol. Todos quieren que a ambos acusados les condenen a la máxima pena, pues como argumentaron a Diario de Almería, "estamos convencidos, porque hay pruebas que así lo acreditan, que Óscar Perales mató a Rosa después de haber preparado el crimen, y que Francisco Javier Rangel le ayudó a ocultar lo que había hecho y le ayudó a cargar las herramientas que utilizó para enterrarla".

Durante las siete sesiones de juicio, tanto peritos como testigos y agentes de la Guardia Civil han intentado ayudar en el esclarecimiento de lo que ocurrió aquel 30 de mayo de 2011. Para la acusación particular "todo está muy claro y se ha demostrado con pruebas que uno y otro actuaron conforme a los hechos que se detallan en el escrito de acusación".

Para la defensa del autor del crimen, su defendido actuó "bajo el efecto del alcohol y de las drogas, lo que le alteró sus facultades mentales". Y para la defensa de Francisco Javier Rangel, "no hay ninguna prueba que acredito que ayudó a Óscar Perales a esconder el cadáver, y la confesión a la Guardia Civil está a su favor".

«Rosa Galera no tuvo la posibilidad de defenderse en ningún momento»

El fiscal mantiene la pena de 21 años de cárcel para Óscar P. F. por asesinato, mientras que la acusación particular añade que hubo ensañamiento

No hubo sorpresas en torno al informe final de conclusiones que el representante del Ministerio Público leyó ante el tribunal con jurado que juzga la muerte de Rosa Galera a manos de su expareja Óscar P. F., el hombre de 36 años y vecino de Fines acusado de acabar con la vida de la joven de 28 años, a quien supuestamente disparó en el interior de un vehículo y posteriormente degolló. Durante la última vista con jurado que acogió ayer en la Audiencia Provincial de Almería, el fiscal mantuvo su petición de 21 años y seis meses de prisión por un delito de asesinato para Oscar P.F. «Entendemos que en los hechos por los que se juzga al acusado concurre la alevosía, es decir, que el delito perpetrado por Óscar dejó sin defensa alguna a Rosa», señaló ayer el representante del Ministerio Público, quien recordó que Óscar P. F., que confesó los hechos ante la Guardia Civil, señaló durante la primera vista que la muerte de Rosa fue en «un visto y no visto».
«No hay ningún informe»
El representante del Ministerio Público recordó que, según el testimonio de la médico forense, «el cuerpo de Rosa no presentaba heridas de defensa, por lo tanto, la joven no tuvo posibilidad de frenar el ataque de su expareja». Respecto a las eximentes y atenuantes que sostiene la defensa del acusado, tales como la anomalía psíquica y toxicomanía, el estado pasional y trastorno mental transitorio, el fiscal sostuvo que «no hay ningún informe o prueba» que de muestren una patología clínica en Óscar P. F., tras señalar que el testimonio del acusado «pone de manifiesto que Óscar sabía lo que estaba haciendo en todo momento».
En este sentido, la Fiscalía defendió que la supuesta drogadicción que sufría el acusado en el momento de perpetrar el crimen «no afectó» a su capacidad de actuar. «Trasladó el cuerpo sin vida de Rosa hasta el maletero y después condujo sin tener ninguna incidencia vial», relató el Fiscal. Asimismo, el informe de conclusiones trató de desmontar la defensa de Óscar P. F. sobre el móvil pasional del crimen. «Es un disparate, no se puede justificar una muerte porque alguien no quiera hablar contigo». En cuanto a Francisco J. R.F., el fiscal mantuvo la pena de 2 años y nueve meses de prisión por un delito de encubrimiento, al señalar que éste «ayudó en todo momento a su amigo Óscar P. F. y guardó silencio pese a conocer el crimen».
Por su parte, los letrados de la acusación particular coincidieron casi plenamente con el informe del Ministerio Público, si bien destacaron que en la muerte de Rosa Galera a manos de Óscar P. F. concurre el ensañamiento. Por ello, solicitaron la pena máxima de 25 años de cárcel al entender que el acusado causó sufrimiento a la joven de 28 años hasta provocar su muerte. «Si una persona quiere matar a alguien con una pistola le da un disparo en la sien. Si bien, el acusado propinó un tiro a Rosa en el abdomen y después le provocó dos cortes con una navaja en el cuello».
Como era de esperar, la defensa de Óscar P. F. defendió que los hechos por los que se juzgan a su patrocinado son constitutivos de un delito de homicidio en el que, según expuso, deben concurrir además varias eximentes y atenuantes como la anomalía psíquica y toxicomanía, el trastorno mental transitorio y la reparación de daño, al entender que colaboró para hallar el cuerpo de la joven.

martes, 2 de julio de 2013

Un asesino contra las cuerdas

El presunto encubridor incrimina a Óscar P. F. y niega haber ayudado a enterrar a Rosa


Óscar Perales está contra las cuerdas. Dos días de declaraciones en el juicio por la muerte de Rosa Galera en mayo de 2011 rebaten las principales tesis de su defensa y colocan al acusado en una posición muy comprometida frente al jurado popular. 

Perales se confesó autor de la muerte de su ex compañera sentimental en Fines. Sin embargo, niega que preparara el ataque y lo ejecutara por sorpresa. Técnicamente es la diferencia entre un homicidio y un asesinato, esto es, entre una condena de 15 ó 20 años de cárcel.
Ahora bien, los testimonios prestados en la Sección Primera  de la Audiencia Provincial de Almería le colocan en mala posición. En primer lugar, no supo explicar por qué compró una pistola y aseguró que nunca salía con navaja (salvo el día del crimen). Según los informes forenses, Rosa Galera sufrió dos impactos de bala antes de ser degollada. Y, en segundo lugar, achacó a “una fuerza maligna mayor” la muerte de la muchacha y afirmó que la pistola, “un trasto”, se disparó accidentalmente dos veces contra la víctima.

A estos elementos procedentes de la primera sesión del juicio oral se añaden las conclusiones extraídas de la segunda vista celebrada ayer, en la que comparecieron Francisco Javier R. F., imputado por encubrimiento, y agentes de la Policía Judicial de Guardia Civil encargados de la investigación. De un modo y otro, ambos testimonios son desfavorables para el autor confeso del crimen.

Francisco Javier R. F., que se juega una condena de hasta tres años de prisión, asegura que fue presionado y amenazado por Óscar Perales para ayudarle. A preguntas de su letrada, María del Carmen Rojas, los guardias civiles reconocieron que Francisco Javier R. F. denunció amenazas de muerte de Perales en los instantes posteriores al crimen. El presunto encubridor juega la baza del miedo insuperable para solicitar la absolución.
¿Estuvo allí?
En este sentido, su presencia o no en la rambla de Tabernas donde fue hallada muerta Rosa Galera es controvertida. Las acusaciones creen que acompañó (quizás ayudó) a Óscar Perales a enterrar el cuerpo de la joven y los propios guardias civiles también apoyan esta tesis porque “dio detalles muy concretos sobre el lugar que sólo podía conocer si estuvo allí”. Sin embargo, uno de los instructores matizó textualmente: “No existen pruebas objetivas ni indicios científicos para demostrarlo”.
Será el jurado popular quien decida sobre este extremo, si estuvo o no allí, y más aún, si no haberse desplazado al lugar donde yacían los restos mortales de Rosa Galera es suficiente para librarle de una condena por encubrimiento (para las acusaciones la respuesta es no).

Ahora bien, más allá de las implicaciones de su testimonio en su imputación, la declaración de Francisco Javier R. F. sí respalda la tesis de un plan urdido por Óscar Perales para deshacerse del cuerpo de su ex pareja, madre de una niña de cinco años (portaba una pala y un pico).

Esta misma versión es la mantenida firmemente por los instructores de la Guardia Civil que reconstruyeron la secuencia de hechos y buscaron a Rosa Galera tras su ‘misteriosa’ desaparición en mayo de 2011. El juicio se retoma hoy con agentes y testigos.

"Óscar degolló a Rosa por la espalda tras dispararle y cuando aún vivía"

Amigas de la fallecida dicen que "ella conesó que la había amenazado de muerte" días antes.

Testigos e informes forenses acreditan en el juicio por el crimen de Rosa Galera que el presunto asesino "actuó de forma consciente y premeditada, sin que tuviera sus facultades mentales alteradas por la ingesta de alcohol o de algún tipo de droga". Así lo han ratificado ante el tribunal los peritos, quienes consideran además que Óscar Perales, según el informe de la autopsia, "provocó un enorme sufrimiento a la víctima cuando después de haberle disparado en dos ocasiones a muy corta distancia, le hizo dos profundos cortes en el cuello por la espalda". El forense aseguró ayer ante la sala que "la víctima no falleció con los disparos, aunque lo podría haber hecho porque le tocaron órganos vitales, y cuando fue degollada aún estaba viva".

Los abogados de la acusación que representan al padre y al hermano de la fallecida consideran que "tanto con las manifestaciones de los testigos como de la Guardia Civil y de los peritos ha quedado más que acreditado que Óscar Perales actuó después de haber trazado un plan para matar a Rosa y que Francisco Javier Rangel lo sabía y le ayudó a ocultar pruebas que le incriminaban en el violento crimen".

El letrado Alfredo Najas insiste en que "conforme han transcurrido las sesiones del juicio, que comenzó el día 25 de junio, se ha venido abajo toda la declaración de la defensa de Óscar Perales", es más insiste en que, "también ha quedado claro que Rangel sigue encubriendo a su amigo y no ha dicho toda la verdad", algo con lo que coincide con la otra acusación.

Amigas de Rosa Galera, que han declarado como testigos, han indicado que la víctima "había dicho en numerosas ocasiones que estaba amargada con Óscar y que no era feliz con él". Otra de las amigas de la joven asegura que el tres días antes de los hechos, cuando todas acudieron a una despedida de soltera a Granada, "ella manifestó que su exmarido la había amenazado con cargársela" porque no estaba de acuerdo con la separación y quería volver con ella. Incluso una de las testigos indicó ante la sala que presenció en alguna ocasión cómo Óscar fue a buscar a Rosa y se la llevó agarrándola por el pelo y dándole tirones, a la fuerza.

El letrado Alfredo Najas indicó que "todo apunta a que el crimen ocurrió tal y como está descrito en el escrito de acusación, con premeditación y sin que hubiera alteraciones mentales por drogas o bebidas alcohólicas".

El padre y el hermano de Rosa, destrozados, van cada día a la Audiencia

Piden que les caiga la pena máxima aunque aseguran que ni con eso se quedan conformes

La familia más directa de la fallecida Rosa María Galera asiste cada día a la Audiencia Provincial para estar cerca de lo que está ocurriendo en la sala del jurado. Aunque no han podido asistir a las dos sesiones que se han celebrado hasta ahora, porque son testigos y prestarán declaración el último día según está previsto, aseguran que muchas de las cosas que han declarado ambos acusados "son falsas".

Con sus rostros marcados por el dolor de haber perdido a un ser querido de la forma más cruel, quieren que al final se les imponga la pena máxima a cada uno por los delitos de los que se le imputan. Sin embargo, matizan que aún con eso "no nos quedaremos tranquilos, porque para este tipo de casos la ley nunca es justa". Julio Galera, el padre de la víctima, indicó a Diario de Almería que "sólo si el asesino se muriera en la cárcel él sentiría que se está haciendo justicia, y se que no va a ser así".

Triste, con rabia y con mucho dolor por estar recordando muchos detalles de aquellos angustiosos días en los que Rosa María no aparecía, Julio Galera asegura que "lo que está pasando su familia no se lo desea a nadie", pues "esto es lo peor que puede ocurrir". "Vivo pero estoy muerto, paso los días como sonámbulo y sin ganas de nada", asegura mientras se limpia una lágrima y destaca que cada día va al cementerio "a llorar y llorar".

El padre de Rosa está convencido de que Óscar Perales preparó el asesinato de su hija durante días y que Francisco Javier Rangel le ayudó a deshacerse del cadáver y a enterrarlo. Como indicó a este periódico, en numerosas ocasiones ya le había advertido de que "me tenía una sorpresilla preparada", que era, según él, a muerte de su hija "que es con lo que más daño me hacía".

jueves, 27 de junio de 2013

Rosa Galera busca su último consuelo

Comienza hoy el juicio por uno de los crímenes más atroces que se recuerdan El presunto asesino la mató, la degolló y la enterró en una rambla de Tabernas


El acusado de encubrir el crimen de Rosa Galera dice que no lo contó "por amenazas"

Niega haber ayudado a enterrar el cadáver y se retracta de su declaración ante la Guardia Civil y en instrucción

El acusado de encubrir el crimen de Rosa Galera y amigo del autor confeso, Oscar P.F., ha afirmado este miércoles ante el jurado popular que este le dijo que había matado a su mujer cuando fue a recogerlo en coche a la barriada de El Puche, en la capital, a la que fue a comprar droga tras enterrar el cadáver y ha argumentado que no lo reveló a la Guardia Civil por "miedo" debido a las "amenazas" que recibió.
F.J.R.F., quien se enfrenta a una petición de tres años de cárcel, se ha retractado de la declaración que prestó ante la Guardia Civil y en el juzgado instructor, y ha alegado para justificar su cambio de versión a "presiones" de los agentes que intervinieron en la investigación.
Así lo ha indicado a Europa Press uno de los letrados que ejerce la acusación particular, Alfredo Najas, quien ha trasladado que, en las citados testimonios, afirmó que Oscar P.F. le dijo que había cometido el crimen a las 09,30 horas del día de los hechos y que le "ayudó a cargar" en el coche "el pico y la pala" que, a la postre, utilizó el procesado presuntamente para enterrar el cuerpo sin vida de la víctima.
Najas ha señalado, en esta línea, que F.J.R.F. describió en la fase inicial del procedimiento que el autor confeso de la muerte de Rosa Galera "estaba muy nervioso, con los ojos muy abiertos" mientras le decía "la he cagado, de esta no voy a salir". Cabe recordar que en su declaración ante el tribunal de jurado que se celebra en la Sección Primera de la Audiencia Provincial, Oscar P.F., exculpó en todo momento a su amigo.
F.J.R.F. ha negado que estuviera en el lugar donde se produjo el enterramiento del cadáver, una oquedad en la "Ramblilla de las Vacas', en el término municipal de Tabernas y unos 51 kilómetros de Fines, si bien tres de los guardias civiles que han testificado este miércoles han trasladado su convencimiento de que prestó su ayuda dado los "datos parciales que aportó en su tercera declaración y que ayudaron a localizar el cuerpo sin vida de Rosa Galera", según ha asegurado Najas, que ha remarcado lo "inhóspito y deshabitado" del paraje.
Oscar P.F. aseguró el martes ante jurado popular que no se "reconoce" cuando piensa en el "acto cruel" que cometió y alegó estar bajo los efectos de las sustancias estupefacientes y el abuso de alcohol cuando perpetró el crimen. Los tres agentes han coincidido en que no se apreciaba "conducta anormal" en él. Sostuvo, asimismo, que el arma de fuego, "un trasto artesanal", según la describió, que portaba se disparó de forma "accidental" pero no dio respuesta al ser interpelado acerca de porqué, a continuación, la degolló con una navaja.
"Se disparó sola la pistola. No lo sé, fue muy rápido. No entiendo porqué le di un corte en el cuello. No debía de haber pasado. Nada debía haber pasado. Estaba cegado. Llevo dos años dándole vueltas y no se porqué pasó", afirmó a preguntas del fiscal el procesado, quien a lo largo de toda la sesión se mostró visiblemente nervioso y alterado, y se encaró en varias ocasiones con las acusaciones y con la presidenta del tribunal, la magistrada Lourdes Molina, quien, en hasta cuatro ocasiones, le ha advertido con expulsarle de la sala.
Oscar P.F. se mostró reacio en un principio a detallar lo que paso en la mañana del 31 de mayo de 2011 y remitió a su declaración ante el juzgado instructor alegando no recordar. "Cuando vi que era verdad la desgracia, que no era una pesadilla --cuatro días después del crimen--, colaboré con la Guardia Civil y dije donde estaba el cuerpo para que descansara en paz", trasladó a preguntas de su defensa.
"Estado pasional"
En su interrogatorio el acusado dejó entrever la línea principal de su defensa, que alega, según indicó su letrado en su alegato inicial al jurado popular, que actuó bajo "un estado pasional, que le llevó a cometer una locura, sobrepasado por las circunstancias de que ella se negara a hablar y a reanudar la relación" y sostiene que, en el momento de cometer el crimen, "estuvo ausente de sus facultades por el consumo de alcohol y estupefacientes", por lo que, a su juicio, no sería responsable penalmente de sus actos.
El escrito de acusación fiscal recoge que Oscar P.F., quien llevaba varios meses "separado de hecho" de la víctima, preparó a primera hora de la mañana del 30 de mayo de 2011 el asesinato y que, con la "clara finalidad de acabar con su vida", tomó una pistola de fabricación artesanal, que cargó con dos proyectiles de 12 milímetros, y una navaja.
A continuación, salió a la calle y abordó a Rosa Galera cuando circulaba en su turismo por el Polígono Industrial de Fines. Ella detuvo la marcha y, "confiada en el recto proceder" de su marido, permitió que entrase en el coche y se sentase en el asiento del copiloto. Tras esto, reanudaron la marcha hasta que él le mandó parar recorridos unos cuantos metros.
Según el Ministerio Público, una vez estacionado el vehículo, el procesado "puso en ejecución sus designios criminales" y "de forma sorpresiva e inesperada para la víctima, que nada pudo hacer por defenderse", le disparó a quemarropa a la altura del abdomen. Cuando ella estaba "aturdida", Oscar P.F. asió la navaja y la degolló. El fiscal recoge, que antes de que Rosa muriese asesinada, le dio un segundo corte de más de once centímetros en uno de sus muslos y efectuó otro disparó que rompió el cristal de la ventanilla.
Una vez consumado el crimen, el acusado llevó el coche a una vía verde del municipio y trasladó el cadáver al maletero "para que no pudiera ser visto por ningún viandante". A continuación, fue hasta su domicilio, se cambió de ropa y salió a buscar a su amigo F.J.R.F, a quien le contó lo que había hecho y le pidió ayuda para ocultar el cuerpo.
"Información sesgada y parcial"
Tras proveerse de picos y palas, se dirigieron hasta la "Ramblilla de las Vacas', en el término municipal de Tabernas y unos 51 kilómetros de Fines, y enterraron el cadáver en una cueva natural, lugar en el que fue encontrado por la Guardia Civil tres días después gracias a las "información sesgada y parcial" que fueron obteniendo los investigadores del presunto encubridor.
Para llegar hasta esta zona, "inhóspita y abandonada", cada uno fue en un vehículo. Oscar P.F. se deshizo del turismo de la víctima abandonándolo en una zona conflictiva de la capital almeriense mientras que F.J.R.F., según el fiscal, regresó a Fines y le recogió en la barriada de El Puche al día siguiente. Ninguna de las armas homicidas fue encontrada durante la instrucción.
El escrito, en el que se interesa que indemnice a su hija menor de edad con 150.000 euros y a los padres de Rosa Galera con un total de 100.000 euros, señala que el procesado tiene una dependencia moderada a los opiáceos y a la cocaína, lo que, remarca, "no le afecta a sus capacidades de entender la naturaleza y trascendencia de los hechos que se le imputan ni actuar conforme a ese conocimiento".

miércoles, 26 de junio de 2013

El marido de Rosa Galera dice que el arma disparó "accidentalmente" y asegura no saber por qué la degolló

Óscar P.F., autor confeso de la muerte en mayo de 2011 de su esposa, Rosa Galera, en Fines (Almería) ha asegurado este martes ante jurado popular que no se "reconoce" cuando piensa en el "acto cruel" que cometió y ha alegado estar bajo los efectos de las sustancias estupefacientes y el abuso de alcohol cuando perpetró el crimen. Ha sostenido que el arma de fuego, "un trasto artesanal", según la ha descrito, que portaba se disparó de forma "accidental" pero no ha dado respuesta al ser interpelado acerca de porqué, a continuación, la degolló con una navaja.


"Se disparó sola la pistola. No lo sé, fue muy rápido. No entiendo porqué le di un corte en el cuello. No debía de haber pasado. Nada debía haber pasado. Estaba cegado. Llevo dos años dándole vueltas y no se porqué pasó", ha afirmado a preguntas del fiscal el procesado, quien a lo largo de toda la sesión se ha mostrado visiblemente nervioso y alterado, y se ha encarado en varias ocasiones con las acusaciones y con la presidenta del tribunal, la magistrada Lourdes Molina, quien, en hasta cuatro ocasiones, le ha advertido con expulsarle de la sala.

Óscar P.F., quien en todo momento ha exculpado al otro implicado en la causa, F.J.R.F., acusado de encubrimiento, se ha mostrado reacio en un principio a detallar lo que paso en la mañana del 31 de mayo de 2011 y ha remitido a su declaración ante el juzgado instructor al tiempo que ha usado en la mayor parte de su testimonio el modo condicional en los verbos alegando no recordar lo que hizo mientras repetía su "arrepentimiento". "Cuando vi que era verdad la desgracia, que no era una pesadilla --cuatro días después del crimen--, colaboré con la Guardia Civil y dije donde estaba el cuerpo para que descansara en paz", ha trasladado a preguntas de su defensa.

"No tengo claro lo que pasó", ha apuntillado en repetidas ocasiones el procesado, quien, después de quitarle la vida a su mujer, con quien llevaba meses separado y tiene una hija de ocho años, fue a su casa a cambiarse de ropa "porque me sentía asqueroso" y luego a 50 kilómetros de su pueblo a enterrar el cadáver en una cueva ubicada en un paraje "inhóspito" del desierto de Tabernas. A continuación, tal y como ha explicado al tribunal, fue a la barriada almeriense de El Puche a "pillar droga". "Me machaqué dos gramos de revuelto e imagino que ya me tranquilicé", ha dicho.

En su interrogatorio el acusado ha dejado entrever la línea principal de su defensa, que alega, según ha trasladado su letrado en su alegato inicial al jurado popular, que actuó bajo "un estado pasional, que le llevó a cometer una locura, sobrepasado por las circunstancias de que ella se negara a hablar y a reanudar la relación" y sostiene que, en el momento de cometer el crimen, "estuvo ausente de sus facultades por el consumo de alcohol y estupefacientes", por lo que, a su juicio, no sería responsable penalmente de sus actos.

Las acusaciones, por su parte, han remarcado ante el tribunal que las circunstancias en las que quitó la vida a Rosa Galera son "todo lo contrario" a lo descrito por la defensa y han insistido en que Óscar P.L., al matarla, no estaba "obcecado" sino actuó bajo un plan. "Compró el arma de fuego, cogió una navaja, la llevó a un lugar apartado, a una hora intempestiva, le pegó dos tiros y, por si fuera poco, la degolló. Quiso matar, no estaba enajenado, puso todos los medios para hacerlo y conscientemente quería. Hizo lo que quiso y pudo haberlo evitado", han asegurado.

Al ser interpelado por las armas homicidas, ha asegurado que "probablemente" las tiró como las herramientas usadas para el enterramiento. Ha justificado que tuviese un arma de fuego en que tenía "muchos problemas de pago con puntos de venta de droga" y la posesión de la navaja en que era "coleccionista" aunque, a preguntas de la presidenta del tribunal, ha reconocido que solía llevarla nunca encima. Ha descrito su relación "con discusiones, como las de las demás parejas" y ha rechazado, que tal y como sostiene algunos testigos, amenazase de muerte a la víctima o alertase a los familiares de que les iba a dar "una sorpresa".

ACUSACIÓN FISCAL
Ante las remisiones constantes que el procesado ha hecho a sus declaraciones ante la Guardia Civil y en instrucción, el fiscal ha solicitado al tribunal la incorporación de estos testimonios a las actas para el jurado, lo que ha sido admitido. De hecho, su argumento más repetido ante las interpelaciones de las acusaciones ha sido: "Si eso lo pone así, supongo. Es lo más aproximado de lo que pudo pasar porque no me acuerdo, intento olvidarlo todos los días. Se me escapó de las manos. Fue un par de segundos. Visto y no visto. No sé porqué me dio eso".

El escrito de acusación fiscal recoge que Óscar P.F., quien llevaba varios meses "separado de hecho" de la víctima, preparó a primera hora de la mañana del 30 de mayo de 2011 el asesinato y que, con la "clara finalidad de acabar con su vida", tomó una pistola de fabricación artesanal, que cargó con dos proyectiles de 12 milímetros, y una navaja.

A continuación, salió a la calle y abordó a Rosa Galera cuando circulaba en su turismo por el Polígono Industrial de Fines. Ella detuvo la marcha y, "confiada en el recto proceder" de su marido, permitió que entrase en el coche y se sentase en el asiento del copiloto. Tras esto, reanudaron la marcha hasta que él le mandó parar recorridos unos cuantos metros.

Según el Ministerio Público, una vez estacionado el vehículo, el procesado "puso en ejecución sus designios criminales" y "de forma sorpresiva e inesperada para la víctima, que nada pudo hacer por defenderse", le disparó a quemarropa a la altura del abdomen. Cuando ella estaba "aturdida", Óscar P.F. asió la navaja y la degolló.  El fiscal recoge, que antes de que Rosa muriese asesinada, le dio un segundo corte de más de once centímetros en uno de sus muslos y efectuó otro disparó que rompió el cristal de la ventanilla.  

Una vez consumado el crimen, el acusado llevó el coche a una vía verde del municipio y trasladó el cadáver al maletero "para que no pudiera ser visto por ningún viandante". A continuación, fue hasta su domicilio, se cambió de ropa y salió a buscar a su amigo F.J.R.F, a quien le contó lo que había hecho y le pidió ayuda para ocultar el cuerpo.

"INFORMACIÓN SESGADA Y PARCIAL"
Tras proveerse de picos y palas, se dirigieron hasta la "Ramblilla de las Vacas', en el término municipal de Tabernas y unos 51 kilómetros de Fines, y enterraron el cadáver en una cueva natural, lugar en el que fue encontrado por la Guardia Civil tres días después gracias a las "información sesgada y parcial" que fueron obteniendo los investigadores del presunto encubridor.

Para llegar hasta esta zona, "inhóspita y abandonada", cada uno fue en un vehículo. Óscar P.F. se deshizo del turismo de la víctima abandonándolo en una zona conflictiva de la capital almeriense mientras que F.J.R.F., según el fiscal, regresó a Fines y le recogió en la barriada de El Puche al día siguiente. Ninguna de las armas homicidas fue encontrada durante la instrucción.

El escrito, en el que se interesa que indemnice a su hija menor de edad con 150.000 euros y a los padres de Rosa Galera con un total de 100.000 euros, señala que el procesado tiene una dependencia moderada a los opiáceos y a la cocaína, lo que, remarca, "no le afecta a sus capacidades de entender la naturaleza y trascendencia de los hechos que se le imputan ni actuar conforme a ese conocimiento".
La Audiencia Provincial de Almería acoge este martes el arranque de la vista oral con tribunal de jurado contra Óscar P.F., el hombre de 36 años y vecino de Fines (Almería) que se enfrenta a una pena de 21 años y seis meses de prisión acusado de asesinar en mayo de 2011 a su esposa, Rosa Galera, a quien supuestamente disparó en el interior de su turismo y, posteriormente, degolló.

A continuación, el procesado, quien tiene una hija de seis años en común con la víctima, quien tenía 28 años, se deshizo presuntamente de su cadáver enterrándolo en una cueva ubicada en un paraje "inhóspito y deshabitado" del municipio de Tabernas, situado a más de 50 kilómetros de su pueblo.

Óscar P.F., que será enjuiciado ante la Sección Primera, se enfrenta a una petición del fiscal de 19 años de cárcel como autor de un delito de asesinato y otros 30 meses de prisión por un delito de tenencia ilícita de armas. La acusación particular eleva la pena a 25 años al considerar que medió ensañamiento en el crimen mientras que por el segundo delito interesa tres años de cárcel.

Para el traslado y la sepultura del cuerpo sin vida de Rosa Galera., el procesado contó con la colaboración, según recogen ambas acusaciones, de un segundo implicado, F.J.R.F., para el que solicitan penas que oscilan entre los dos años y nueve meses, y los tres años de prisión como presunto autor de un delito de encubrimiento.

El escrito de acusación fiscal, al que ha tenido acceso Europa Press, recoge que Óscar P.F., quien llevaba varios meses "separado de hecho" de la víctima, preparó a primera hora de la mañana del 30 de mayo de 2011 el asesinato y que, con la "clara finalidad de acabar con su vida", tomó una pistola de fabricación artesanal, que cargó con dos proyectiles de 12 milímetros, y una navaja.

A continuación, salió a la calle y abordó a Rosa Galera cuando circulaba en su turismo por el Polígono Industrial de Fines. Ella detuvo la marcha y, "confiada en el recto proceder" de su marido, permitió que entrase en el coche y se sentase en el asiento del copiloto. Tras esto, reanudaron la marcha hasta que él le mandó parar recorridos unos cuantos metros.

Según el Ministerio Público, una vez estacionado el vehículo, el procesado "puso en ejecución sus designios criminales" y "de forma sorpresiva e inesperada para la víctima, que nada pudo hacer por defenderse", le disparó a quemarropa a la altura del abdomen. Cuando ella estaba "aturdida", Óscar P.F. asió la navaja y la degolló.

El fiscal recoge, que antes de que Rosa muriese asesinada, le dio un segundo corte de más de once centímetros en uno de sus muslos y efectuó otro disparó que rompió el cristal de la ventanilla al tiempo que subraya que el deceso se produjo por un shock hemorrágico, unido a la herida por arma de fuego, "de riesgo vital".

Una vez consumado el crimen, el acusado llevó el coche a una vía verde del municipio y trasladó el cadáver al maletero "para que no pudiera ser visto por ningún viandante". A continuación, fue hasta su domicilio, se cambió de ropa y salió a buscar a su amigo F.J.R.F, a quien le contó lo que había hecho y le pidió ayuda para ocultar el cuerpo.

"INFORMACIÓN SESGADA Y PARCIAL"
Tras proveerse de picos y palas, se dirigieron hasta la "Ramblilla de las Vacas', en el término municipal de Tabernas y unos 51 kilómetros de Fines, y enterraron el cadáver en una cueva natural, lugar en el que fue encontrado por la Guardia Civil tres días después gracias a las "información sesgada y parcial" que fueron obteniendo los investigadores del presunto encubridor.

Para llegar hasta esta zona, "inhóspita y abandonada", cada uno fue en un vehículo. Óscar P.F. se deshizo del turismo de la víctima abandonándolo en una zona conflictiva de la capital almeriense mientras que F.J.R.F., según el fiscal, regresó a Fines y le recogió en la barriada de El Puche al día siguiente. Ninguna de las armas homicidas fue encontrada durante la instrucción.

Precisamente, el presunto encubridor y cómplice fue detenido por la Guardia Civil a principios de junio por quebrantamiento de una medida cautelar impuesta por la Audiencia Provincial de Almería, en la que se le prohíbe acercarse a la localidad de la que era natural la víctima.

El escrito, en el que se interesa que indemnice a su hija menor de edad con 150.000 euros y a los padres de Rosa Galera con un total de 100.000 euros, señala que el procesado tiene una dependencia moderada a los opiáceos y a la cocaína, lo que, remarca, "no le afecta a sus capacidades de entender la naturaleza y trascendencia de los hechos que se le imputan ni actuar conforme a ese conocimiento".

CUMPLIMIENTO ÍNTEGRO DE PENAS
Por su parte, la acusación particular, ejercida por el letrado Alfredo Najas de la Cruz y que coincide en lo esencial con el relato de hechos con el del Ministerio Público, solicita la máxima pena prevista en el Código Penal para el delito de asesinato al estimar que existió ensañamiento.

Alrededor de 500 personas se concentraron en la Plaza del Ayuntamiento de Fines (Almería) el pasado 31 de mayo en apoyo a los familiares y amigos de Rosa Galera para conmemorar el segundo aniversario de su muerte. El acto, en el que se leyó un manifiesto y se guardaron cinco minutos de silencio, sirvió para expresar el rechazo colectivo a la violencia de género y mostrar el apoyo a los familiares de cara a la vista oral.

Los familiares anunciaron, asimismo, la presentación unas 50.000 firmas para solicitar en el Congreso que se modifique el Código Penal a fin de que los condenados por violencia de género cumplan íntegramente las penas que se les imponen.

Óscar P.F., autor confeso de la muerte en mayo de 2011 de su esposa, Rosa Galera, en Fines (Almería) ha asegurado este martes ante jurado popular que no se "reconoce" cuando piensa en el "acto cruel" que cometió y ha alegado estar bajo los efectos de las sustancias estupefacientes y el abuso de alcohol cuando perpetró el crimen. Ha sostenido que el arma de fuego, "un trasto artesanal", según la ha descrito, que portaba se disparó de forma "accidental" pero no ha dado respuesta al ser interpelado acerca de porqué, a continuación, la degolló con una navaja.

"Se disparó sola la pistola. No lo sé, fue muy rápido. No entiendo porqué le di un corte en el cuello. No debía de haber pasado. Nada debía haber pasado. Estaba cegado. Llevo dos años dándole vueltas y no se porqué pasó", ha afirmado a preguntas del fiscal el procesado, quien a lo largo de toda la sesión se ha mostrado visiblemente nervioso y alterado, y se ha encarado en varias ocasiones con las acusaciones y con la presidenta del tribunal, la magistrada Lourdes Molina, quien, en hasta cuatro ocasiones, le ha advertido con expulsarle de la sala.

Óscar P.F., quien en todo momento ha exculpado al otro implicado en la causa, F.J.R.F., acusado de encubrimiento, se ha mostrado reacio en un principio a detallar lo que paso en la mañana del 31 de mayo de 2011 y ha remitido a su declaración ante el juzgado instructor al tiempo que ha usado en la mayor parte de su testimonio el modo condicional en los verbos alegando no recordar lo que hizo mientras repetía su "arrepentimiento". "Cuando vi que era verdad la desgracia, que no era una pesadilla --cuatro días después del crimen--, colaboré con la Guardia Civil y dije donde estaba el cuerpo para que descansara en paz", ha trasladado a preguntas de su defensa.

"No tengo claro lo que pasó", ha apuntillado en repetidas ocasiones el procesado, quien, después de quitarle la vida a su mujer, con quien llevaba meses separado y tiene una hija de ocho años, fue a su casa a cambiarse de ropa "porque me sentía asqueroso" y luego a 50 kilómetros de su pueblo a enterrar el cadáver en una cueva ubicada en un paraje "inhóspito" del desierto de Tabernas. A continuación, tal y como ha explicado al tribunal, fue a la barriada almeriense de El Puche a "pillar droga". "Me machaqué dos gramos de revuelto e imagino que ya me tranquilicé", ha dicho.

En su interrogatorio el acusado ha dejado entrever la línea principal de su defensa, que alega, según ha trasladado su letrado en su alegato inicial al jurado popular, que actuó bajo "un estado pasional, que le llevó a cometer una locura, sobrepasado por las circunstancias de que ella se negara a hablar y a reanudar la relación" y sostiene que, en el momento de cometer el crimen, "estuvo ausente de sus facultades por el consumo de alcohol y estupefacientes", por lo que, a su juicio, no sería responsable penalmente de sus actos.

Las acusaciones, por su parte, han remarcado ante el tribunal que las circunstancias en las que quitó la vida a Rosa Galera son "todo lo contrario" a lo descrito por la defensa y han insistido en que Óscar P.L., al matarla, no estaba "obcecado" sino actuó bajo un plan. "Compró el arma de fuego, cogió una navaja, la llevó a un lugar apartado, a una hora intempestiva, le pegó dos tiros y, por si fuera poco, la degolló. Quiso matar, no estaba enajenado, puso todos los medios para hacerlo y conscientemente quería. Hizo lo que quiso y pudo haberlo evitado", han asegurado.

Al ser interpelado por las armas homicidas, ha asegurado que "probablemente" las tiró como las herramientas usadas para el enterramiento. Ha justificado que tuviese un arma de fuego en que tenía "muchos problemas de pago con puntos de venta de droga" y la posesión de la navaja en que era "coleccionista" aunque, a preguntas de la presidenta del tribunal, ha reconocido que solía llevarla nunca encima. Ha descrito su relación "con discusiones, como las de las demás parejas" y ha rechazado, que tal y como sostiene algunos testigos, amenazase de muerte a la víctima o alertase a los familiares de que les iba a dar "una sorpresa".

ACUSACIÓN FISCAL

Ante las remisiones constantes que el procesado ha hecho a sus declaraciones ante la Guardia Civil y en instrucción, el fiscal ha solicitado al tribunal la incorporación de estos testimonios a las actas para el jurado, lo que ha sido admitido. De hecho, su argumento más repetido ante las interpelaciones de las acusaciones ha sido: "Si eso lo pone así, supongo. Es lo más aproximado de lo que pudo pasar porque no me acuerdo, intento olvidarlo todos los días. Se me escapó de las manos. Fue un par de segundos. Visto y no visto. No sé porqué me dio eso".

El escrito de acusación fiscal recoge que Óscar P.F., quien llevaba varios meses "separado de hecho" de la víctima, preparó a primera hora de la mañana del 30 de mayo de 2011 el asesinato y que, con la "clara finalidad de acabar con su vida", tomó una pistola de fabricación artesanal, que cargó con dos proyectiles de 12 milímetros, y una navaja.

A continuación, salió a la calle y abordó a Rosa Galera cuando circulaba en su turismo por el Polígono Industrial de Fines. Ella detuvo la marcha y, "confiada en el recto proceder" de su marido, permitió que entrase en el coche y se sentase en el asiento del copiloto. Tras esto, reanudaron la marcha hasta que él le mandó parar recorridos unos cuantos metros.

Según el Ministerio Público, una vez estacionado el vehículo, el procesado "puso en ejecución sus designios criminales" y "de forma sorpresiva e inesperada para la víctima, que nada pudo hacer por defenderse", le disparó a quemarropa a la altura del abdomen. Cuando ella estaba "aturdida", Óscar P.F. asió la navaja y la degolló. El fiscal recoge, que antes de que Rosa muriese asesinada, le dio un segundo corte de más de once centímetros en uno de sus muslos y efectuó otro disparó que rompió el cristal de la ventanilla.

Una vez consumado el crimen, el acusado llevó el coche a una vía verde del municipio y trasladó el cadáver al maletero "para que no pudiera ser visto por ningún viandante". A continuación, fue hasta su domicilio, se cambió de ropa y salió a buscar a su amigo F.J.R.F, a quien le contó lo que había hecho y le pidió ayuda para ocultar el cuerpo.

"INFORMACIÓN SESGADA Y PARCIAL"

Tras proveerse de picos y palas, se dirigieron hasta la "Ramblilla de las Vacas', en el término municipal de Tabernas y unos 51 kilómetros de Fines, y enterraron el cadáver en una cueva natural, lugar en el que fue encontrado por la Guardia Civil tres días después gracias a las "información sesgada y parcial" que fueron obteniendo los investigadores del presunto encubridor.

Para llegar hasta esta zona, "inhóspita y abandonada", cada uno fue en un vehículo. Óscar P.F. se deshizo del turismo de la víctima abandonándolo en una zona conflictiva de la capital almeriense mientras que F.J.R.F., según el fiscal, regresó a Fines y le recogió en la barriada de El Puche al día siguiente. Ninguna de las armas homicidas fue encontrada durante la instrucción.

El escrito, en el que se interesa que indemnice a su hija menor de edad con 150.000 euros y a los padres de Rosa Galera con un total de 100.000 euros, señala que el procesado tiene una dependencia moderada a los opiáceos y a la cocaína, lo que, remarca, "no le afecta a sus capacidades de entender la naturaleza y trascendencia de los hechos que se le imputan ni actuar conforme a ese conocimiento".

Marido de Rosa Galera dice que el arma disparó "accidentalmente" y no saber porqué la degolló

Vecinos de Fines llegados en dos autobuses han apoyado a la familia de la víctima y han protagonizado momentos de tensión con el acusado

Óscar P.F., autor confeso de la muerte en mayo de 2011 de su esposa, Rosa Galera, en Fines (Almería) ha asegurado este martes ante jurado popular que no se "reconoce" cuando piensa en el "acto cruel" que cometió y ha alegado estar bajo los efectos de las sustancias estupefacientes y el abuso de alcohol cuando perpetró el crimen. Ha sostenido que el arma de fuego, "un trasto artesanal", según la ha descrito, que portaba se disparó de forma "accidental" pero no ha dado respuesta al ser interpelado acerca de porqué, a continuación, la degolló con una navaja.

"Se disparó sola la pistola. No lo sé, fue muy rápido. No entiendo porqué le di un corte en el cuello. No debía de haber pasado. Nada debía haber pasado. Estaba cegado. Llevo dos años dándole vueltas y no se porqué pasó", ha afirmado a preguntas del fiscal el procesado, quien a lo largo de toda la sesión se ha mostrado visiblemente nervioso y alterado, y se ha encarado en varias ocasiones con las acusaciones y con la presidenta del tribunal, la magistrada Lourdes Molina, quien, en hasta cuatro ocasiones, le ha advertido con expulsarle de la sala.

Óscar P.F., quien en todo momento ha exculpado al otro implicado en la causa, F.J.R.F., acusado de encubrimiento, se ha mostrado reacio en un principio a detallar lo que paso en la mañana del 31 de mayo de 2011 y ha remitido a su declaración ante el juzgado instructor al tiempo que ha usado en la mayor parte de su testimonio el modo condicional en los verbos alegando no recordar lo que hizo mientras repetía su "arrepentimiento". "Cuando vi que era verdad la desgracia, que no era una pesadilla —cuatro días después del crimen—, colaboré con la Guardia Civil y dije donde estaba el cuerpo para que descansara en paz", ha trasladado a preguntas de su defensa.

"No tengo claro lo que pasó", ha apuntillado en repetidas ocasiones el procesado, quien, después de quitarle la vida a su mujer, con quien llevaba meses separado y tiene una hija de ocho años, fue a su casa a cambiarse de ropa "porque me sentía asqueroso" y luego a 50 kilómetros de su pueblo a enterrar el cadáver en una cueva ubicada en un paraje "inhóspito" del desierto de Tabernas. A continuación, tal y como ha explicado al tribunal, fue a la barriada almeriense de El Puche a "pillar droga". "Me machaqué dos gramos de revuelto e imagino que ya me tranquilicé", ha dicho.
En su interrogatorio el acusado ha dejado entrever la línea principal de su defensa, que alega, según ha trasladado su letrado en su alegato inicial al jurado popular, que actuó bajo "un estado pasional, que le llevó a cometer una locura, sobrepasado por las circunstancias de que ella se negara a hablar y a reanudar la relación" y sostiene que, en el momento de cometer el crimen, "estuvo ausente de sus facultades por el consumo de alcohol y estupefacientes", por lo que, a su juicio, no sería responsable penalmente de sus actos.

Las acusaciones, por su parte, han remarcado ante el tribunal que las circunstancias en las que quitó la vida a Rosa Galera son "todo lo contrario" a lo descrito por la defensa y han insistido en que Óscar P.L., al matarla, no estaba "obcecado" sino actuó bajo un plan. "Compró el arma de fuego, cogió una navaja, la llevó a un lugar apartado, a una hora intempestiva, le pegó dos tiros y, por si fuera poco, la degolló.

Quiso matar, no estaba enajenado, puso todos los medios para hacerlo y conscientemente quería. Hizo lo que quiso y pudo haberlo evitado", han asegurado.

Al ser interpelado por las armas homicidas, ha asegurado que "probablemente" las tiró como las herramientas usadas para el enterramiento. Ha justificado que tuviese un arma de fuego en que tenía "muchos problemas de pago con puntos de venta de droga" y la posesión de la navaja en que era "coleccionista" aunque, a preguntas de la presidenta del tribunal, ha reconocido que solía llevarla nunca encima. Ha descrito su relación "con discusiones, como las de las demás parejas" y ha rechazado, que tal y como sostiene algunos testigos, amenazase de muerte a la víctima o alertase a los familiares de que les iba a dar "una sorpresa".


Acusación fiscal
Ante las remisiones constantes que el procesado ha hecho a sus declaraciones ante la Guardia Civil y en instrucción, el fiscal ha solicitado al tribunal la incorporación de estos testimonios a las actas para el jurado, lo que ha sido admitido. De hecho, su argumento más repetido ante las interpelaciones de las acusaciones ha sido: "Si eso lo pone así, supongo. Es lo más aproximado de lo que pudo pasar porque no me acuerdo, intento olvidarlo todos los días. Se me escapó de las manos. Fue un par de segundos. Visto y no visto. No sé porqué me dio eso".
El escrito de acusación fiscal recoge que Óscar P.F., quien llevaba varios meses "separado de hecho" de la víctima, preparó a primera hora de la mañana del 30 de mayo de 2011 el asesinato y que, con la "clara finalidad de acabar con su vida", tomó una pistola de fabricación artesanal, que cargó con dos proyectiles de 12 milímetros, y una navaja.

A continuación, salió a la calle y abordó a Rosa Galera cuando circulaba en su turismo por el Polígono Industrial de Fines. Ella detuvo la marcha y, "confiada en el recto proceder" de su marido, permitió que entrase en el coche y se sentase en el asiento del copiloto. Tras esto, reanudaron la marcha hasta que él le mandó parar recorridos unos cuantos metros.
Según el Ministerio Público, una vez estacionado el vehículo, el procesado "puso en ejecución sus designios criminales" y "de forma sorpresiva e inesperada para la víctima, que nada pudo hacer por defenderse", le disparó a quemarropa a la altura del abdomen. Cuando ella estaba "aturdida", Óscar P.F. asió la navaja y la degolló. El fiscal recoge, que antes de que Rosa muriese asesinada, le dio un segundo corte de más de once centímetros en uno de sus muslos y efectuó otro disparó que rompió el cristal de la ventanilla.

Una vez consumado el crimen, el acusado llevó el coche a una vía verde del municipio y trasladó el cadáver al maletero "para que no pudiera ser visto por ningún viandante". A continuación, fue hasta su domicilio, se cambió de ropa y salió a buscar a su amigo F.J.R.F, a quien le contó lo que había hecho y le pidió ayuda para ocultar el cuerpo.

El asesino de Rosa Galera admite el crimen y aduce un arrebato por celos

Óscar Perales, autor confeso del crimen: “Si matara a todos los que digo que voy a matar tendría un cementerio para mí sólo”

Oscar P.F., autor confeso de la muerte en mayo de 2011 de su esposa, Rosa Galera, en Fines (Almería) ha asegurado este martes ante jurado popular que no se "reconoce" cuando piensa en el "acto cruel" que cometió y ha alegado estar bajo los efectos de las sustancias estupefacientes y el abuso de alcohol cuando perpetró el crimen. Ha sostenido que el arma de fuego, "un trasto artesanal", según la ha descrito, que portaba se disparó de forma "accidental" dos veces pero no ha dado respuesta al ser interpelado acerca de porqué, a continuación, la degolló con una navaja.
"Se disparó sola la pistola. No lo sé, fue muy rápido. No entiendo por qué le di un corte en el cuello. No debía de haber pasado. Nada debía haber pasado. Estaba cegao. Llevo dos años dándole vueltas y no sé por qué pasó", ha afirmado a preguntar del fiscal el procesado, quien a lo largo de toda la sesión se ha mostrado visiblemente nervioso y alterado, y se ha encarado en varias ocasiones con las acusaciones y con la presidenta del tribunal, la magistrada Lourdes Molina, quien, en hasta cuatro ocasiones, le ha advertido con expulsarle de la sala.
Oscar P.F., quien en todo momento ha exculpado al otro implicado en la causa, F.J.R.F., acusado de encubrimiento, se ha mostrado reacio en un principio a detallar lo que pasó en la mañana del 31 de mayo de 2011 y ha remitido a su declaración ante el juzgado instructor al tiempo que ha usado en la mayor parte de su testimonio el modo condicional en los verbos alegando no recordar lo que hizo mientras repetía su "arrepentimiento". "Cuando vi que era verdad la desgracia, que no era una pesadilla, colaboré con la Guardia Civil y dije dónde estaba el cuerpo para que descansara en paz", ha trasladado a preguntas de su defensa.
"No tengo claro lo que pasó", ha apuntillado en repetidas ocasiones el procesado, quien, después de quitarle la vida a su mujer, con quien llevaba meses separado y tiene una hija de ocho años, fue a su casa a cambiarse de ropa porque se sentía "asqueroso" y luego a 50 kilómetros de su pueblo a enterrar el cadáver en una cueva ubicada en un paraje "inhóspito" del desierto de Tabernas. A continuación, tal y como ha explicado al tribunal, fue a la barriada almeriense de El Puche a "pillar droga". "Me machaqué dos gramos de revuelto e imagino que ya me tranquilicé", ha dicho.

martes, 25 de junio de 2013

Rosa Galera busca su último consuelo

Comienza hoy el juicio por uno de los crímenes más atroces que se recuerdan El presunto asesino la mató, la degolló y la enterró en una rambla de Tabernas


Rosa Galera busca su último consuelo

   
Uno de los carteles colgados durante su búsqueda.

La Audiencia Provincial de Almería acoge desde hoy el inicio de la vista oral con tribunal de jurado contra Óscar P.F., el hombre de 36 años y vecino de Fines que se enfrenta a una pena de 21 años y seis meses de prisión acusado de asesinar en mayo de 2011 a su esposa, Rosa Galera, a quien supuestamente disparó en el interior de su turismo y, posteriormente, degolló. A continuación, el procesado, quien tiene una hija de seis años en común con la víctima, quien tenía 28 años, se deshizo presuntamente de su cadáver enterrándolo en una cueva ubicada en un paraje "inhóspito y deshabitado" del municipio de Tabernas, situado a más de 50 kilómetros de su pueblo.

Óscar P.F. enfrenta a una petición del fiscal de 19 años de cárcel como autor de un delito de asesinato y otros 30 meses de prisión por un delito de tenencia ilícita de armas. La acusación particular eleva la pena a 25 años al considerar que medió ensañamiento en el crimen mientras que por el segundo delito interesa tres años de cárcel.

Para el traslado y la sepultura del cuerpo sin vida de Rosa Galera., el procesado contó con la colaboración, según recogen ambas acusaciones, de un segundo implicado, F.J.R.F., para el que solicitan penas que oscilan entre los dos años y nueve meses, y los tres años de prisión como presunto autor de un delito de encubrimiento.

El escrito de acusación fiscal, recoge que Óscar P.F., quien llevaba varios meses "separado de hecho" de la víctima, preparó a primera hora de la mañana del 30 de mayo de 2011 el asesinato y que, con la "clara finalidad de acabar con su vida", tomó una pistola de fabricación artesanal, que cargó con dos proyectiles de 12 milímetros, y una navaja. A continuación, salió a la calle y abordó a Rosa Galera cuando circulaba en su turismo por el Polígono Industrial de Fines. Ella detuvo la marcha y, "confiada en el recto proceder" de su marido, permitió que entrase en el coche y se sentase en el asiento del copiloto. Tras esto, reanudaron la marcha hasta que él le mandó parar recorridos unos cuantos metros.

Una vez estacionado el vehículo, el procesado "puso en ejecución sus designios criminales" y "de forma sorpresiva e inesperada para la víctima, que nada pudo hacer por defenderse", le disparó a quemarropa a la altura del abdomen. Cuando ella estaba "aturdida", Óscar P.F. asió la navaja y la degolló.

El fiscal recoge, que antes de que Rosa muriese asesinada, le dio un segundo corte de más de once centímetros en uno de sus muslos y efectuó otro disparó que rompió el cristal de la ventanilla al tiempo que subraya que el deceso se produjo por un shock hemorrágico, unido a la herida por arma de fuego, "de riesgo vital". Una vez consumado el crimen, el acusado llevó el coche a una vía verde del municipio y trasladó el cadáver al maletero "para que no pudiera ser visto por ningún viandante". A continuación, fue hasta su domicilio, se cambió de ropa y salió a buscar a su amigo F.J.R.F, a quien le contó lo que había hecho y le pidió ayuda para ocultar el cuerpo.

Tras proveerse de picos y palas, se dirigieron hasta la Ramblilla de las Vacas, en el término municipal de Tabernas y unos 51 kilómetros de Fines, y enterraron el cadáver en una cueva natural, lugar en el que fue encontrado por la Guardia Civil tres días después gracias a las "información sesgada y parcial" que fueron obteniendo los investigadores del presunto encubridor. Para llegar hasta esta zona, "inhóspita y abandonada", cada uno fue en un vehículo. Óscar P.F. se deshizo del turismo de la víctima abandonándolo en una zona conflictiva de la capital almeriense mientras que F.J.R.F., según el fiscal, regresó a Fines y le recogió en la barriada de El Puche al día siguiente. Ninguna de las armas homicidas fue encontrada durante la instrucción.

El presunto encubridor y cómplice fue detenido por la Guardia Civil a principios de junio por quebrantamiento de una medida cautelar impuesta por la Audiencia Provincial de Almería, en la que se le prohíbe acercarse a la localidad de la que era natural la víctima.

El escrito, en el que se interesa que indemnice a su hija menor de edad con 150.000 euros y a los padres de Rosa Galera con un total de 100.000 euros, señala que el procesado tiene una dependencia moderada a los opiáceos y a la cocaína, lo que, remarca, "no le afecta a sus capacidades de entender la naturaleza y trascendencia de los hechos que se le imputan ni actuar conforme a ese conocimiento".

Alrededor de 500 personas se concentraron en la Plaza del Ayuntamiento de Fines (Almería) el pasado 31 de mayo en apoyo a los familiares y amigos de Rosa Galera para conmemorar el segundo aniversario de su muerte. Hoy comenzarán a recibir una parte del consuelo que buscaban

Arranca en Almería el juicio con jurado contra el marido de Rosa Galera, acusado de su asesinato

La Audiencia Provincial de Almería acoge este martes el arranque de la vista oral con tribunal de jurado contra Óscar P.F., el hombre de 36 años y vecino de Fines (Almería) que se enfrenta a una pena de 21 años y seis meses de prisión acusado de asesinar en mayo de 2011 a su esposa, Rosa Galera, a quien supuestamente disparó en el interior de su turismo y, posteriormente, degolló.
   A continuación, el procesado, quien tiene una hija de seis años en común con la víctima, quien tenía 28 años, se deshizo presuntamente de su cadáver enterrándolo en una cueva ubicada en un paraje "inhóspito y deshabitado" del municipio de Tabernas, situado a más de 50 kilómetros de su pueblo.
   Óscar P.F., que será enjuiciado ante la Sección Primera, se enfrenta a una petición del fiscal de 19 años de cárcel como autor de un delito de asesinato y otros 30 meses de prisión por un delito de tenencia ilícita de armas. La acusación particular eleva la pena a 25 años al considerar que medió ensañamiento en el crimen mientras que por el segundo delito interesa tres años de cárcel.
  
Para el traslado y la sepultura del cuerpo sin vida de Rosa Galera., el procesado contó con la colaboración, según recogen ambas acusaciones, de un segundo implicado, F.J.R.F., para el que solicitan penas que oscilan entre los dos años y nueve meses, y los tres años de prisión como presunto autor de un delito de encubrimiento.
  
El escrito de acusación fiscal, al que ha tenido acceso Europa Press, recoge que Óscar P.F., quien llevaba varios meses "separado de hecho" de la víctima, preparó a primera hora de la mañana del 30 de mayo de 2011 el asesinato y que, con la "clara finalidad de acabar con su vida", tomó una pistola de fabricación artesanal, que cargó con dos proyectiles de 12 milímetros, y una navaja.
   A continuación, salió a la calle y abordó a Rosa Galera cuando circulaba en su turismo por el Polígono Industrial de Fines. Ella detuvo la marcha y, "confiada en el recto proceder" de su marido, permitió que entrase en el coche y se sentase en el asiento del copiloto. Tras esto, reanudaron la marcha hasta que él le mandó parar recorridos unos cuantos metros.
   Según el Ministerio Público, una vez estacionado el vehículo, el procesado "puso en ejecución sus designios criminales" y "de forma sorpresiva e inesperada para la víctima, que nada pudo hacer por defenderse", le disparó a quemarropa a la altura del abdomen. Cuando ella estaba "aturdida", Óscar P.F. asió la navaja y la degolló.
   El fiscal recoge, que antes de que Rosa muriese asesinada, le dio un segundo corte de más de once centímetros en uno de sus muslos y efectuó otro disparó que rompió el cristal de la ventanilla al tiempo que subraya que el deceso se produjo por un shock hemorrágico, unido a la herida por arma de fuego, "de riesgo vital".
   Una vez consumado el crimen, el acusado llevó el coche a una vía verde del municipio y trasladó el cadáver al maletero "para que no pudiera ser visto por ningún viandante". A continuación, fue hasta su domicilio, se cambió de ropa y salió a buscar a su amigo F.J.R.F, a quien le contó lo que había hecho y le pidió ayuda para ocultar el cuerpo.

"INFORMACIÓN SESGADA Y PARCIAL"

   Tras proveerse de picos y palas, se dirigieron hasta la "Ramblilla de las Vacas', en el término municipal de Tabernas y unos 51 kilómetros de Fines, y enterraron el cadáver en una cueva natural, lugar en el que fue encontrado por la Guardia Civil tres días después gracias a las "información sesgada y parcial" que fueron obteniendo los investigadores del presunto encubridor.
   Para llegar hasta esta zona, "inhóspita y abandonada", cada uno fue en un vehículo. Óscar P.F. se deshizo del turismo de la víctima abandonándolo en una zona conflictiva de la capital almeriense mientras que F.J.R.F., según el fiscal, regresó a Fines y le recogió en la barriada de El Puche al día siguiente. Ninguna de las armas homicidas fue encontrada durante la instrucción.
   Precisamente, el presunto encubridor y cómplice fue detenido por la Guardia Civil a principios de junio por quebrantamiento de una medida cautelar impuesta por la Audiencia Provincial de Almería, en la que se le prohíbe acercarse a la localidad de la que era natural la víctima.
   El escrito, en el que se interesa que indemnice a su hija menor de edad con 150.000 euros y a los padres de Rosa Galera con un total de 100.000 euros, señala que el procesado tiene una dependencia moderada a los opiáceos y a la cocaína, lo que, remarca, "no le afecta a sus capacidades de entender la naturaleza y trascendencia de los hechos que se le imputan ni actuar conforme a ese conocimiento".

CUMPLIMIENTO ÍNTEGRO DE PENAS

   Por su parte, la acusación particular, ejercida por el letrado Alfredo Najas de la Cruz y que coincide en lo esencial con el relato de hechos con el del Ministerio Público, solicita la máxima pena prevista en el Código Penal para el delito de asesinato al estimar que existió ensañamiento.
   Alrededor de 500 personas se concentraron en la Plaza del Ayuntamiento de Fines (Almería) el pasado 31 de mayo en apoyo a los familiares y amigos de Rosa Galera para conmemorar el segundo aniversario de su muerte. El acto, en el que se leyó un manifiesto y se guardaron cinco minutos de silencio, sirvió para expresar el rechazo colectivo a la violencia de género y mostrar el apoyo a los familiares de cara a la vista oral.
   Los familiares anunciaron, asimismo, la presentación unas 50.000 firmas para solicitar en el Congreso que se modifique el Código Penal a fin de que los condenados por violencia de género cumplan íntegramente las penas que se les imponen.

lunes, 24 de junio de 2013

Mañana martes 25 de Junio comienza el juicio contra el asesino confeso de Rosa Galera

Fiscalía pide 21 años de prisión mientras que la acusación particular solicita el máximo de 25 años


Este próximo martes 25 de junio se constituirá el jurado popular que determinará la pena que recaerá sobre Óscar P.F. asesino confeso de Rosa Galera, vecina de Fines, su ex esposa y madre de su hija, una niña de ocho años de edad. A dos años del trágico suceso, el acusado y su cómplice, se sentarán en el banquillo para responder ante la justicia. Luego de la conformación del jurado, los días subsiguientes hasta el viernes inclusive, más de veinte testigos declararán en la Audiencia Provincial, a la espera del veredicto que se conocerá siete días después. La Fiscalía Provincial tiene previsto solicitar 21 años y seis meses de prisión, mientras que la acusación particular eleva el pedido a 25 años, el máximo previsto, por tratarse de un crimen cometido con alevosía, luego de que Óscar P.F. de 36 años de edad, disparara por dos veces, degollara, e hiriera a la víctima en un muslo, luego de descartarse que el ex marido de Rosa Galera, actuara bajo los efectos del alcohol y las drogas. Para F.J.R.F. amigo y acusado de encubrir al principal acusado, se pedirán penas que oscilan entre los dos años y nueve meses de prisión y los tres años.

sábado, 8 de junio de 2013

El juicio por asesinato de Rosa Galera se celebrará a partir del 25 de junio

El juicio contra el presunto asesino de Rosa Galera en Fines (Almería), cuya muerte motivó el inicio de recogida de firmas para el endurecimiento de las penas por crímenes machistas, se celebrará en la Audiencia de Almería a partir del 25 de junio, han informado a Efe fuentes judiciales.
La vista oral, que se celebrará ante la Sección Primera de la Audiencia y en la que hay un segundo acusado por encubrimiento, se ha programado para los días 25, 26, 27 y 28 de junio, y 1, 2 y 3 de julio.
El abogado que ejerce la acusación particular, Alfredo Najas, ha asegurado a Efe que la familia de Rosa esperaba desde hace tiempo conocer la fecha de señalamiento para que se celebre cuanto antes el juicio y se haga justicia.
El fiscal tiene previsto solicitar penas que suman 21 años y seis meses de prisión para Óscar P.F., de 35 años, acusado de asesinar en mayo del 2011 a su exmujer, Rosa Galera, de 28 años, con la que tenía una hija de 5 años en común.
El Ministerio Público, a cuyo escrito de calificación ha tenido acceso Efe, pide para el procesado 19 años de cárcel por un delito de asesinato y dos años y seis meses por tenencia ilícita de armas prohibidas, así como una indemnización de 150.000 euros a la hija menor de la víctima y otra de 50.000 euros a cada uno de sus padres.
Para un segundo acusado, F.J.R.F., el fiscal pide una pena de dos años y nueve meses de prisión por un delito de encubrimiento.
La acusación particular eleva la petición de pena para Óscar P.F. a 28 años de prisión -25 por asesinato y tres por la tenencia ilícita de armas-, mientras que para el presunto encubridor interesa tres años de cárcel.
Según el relato del Ministerio Público, Óscar P.F., "con la clara finalidad de terminar con la vida de su esposa, de la que llevaba varios meses separado", tomó sobre las 7.45 horas del 30 de mayo de 2011 una pistola de fabricación artesanal cargada con perdigones y una navaja, y abordó a Rosa cuando ésta conducía su vehículo por el polígono industrial de Fines.
La mujer detuvo la marcha tras ser adelantada por el acusado y, "confiada en el recto proceder del acusado, permitió que éste accediera a su vehículo" y se sentara en el asiento del copiloto.
Ambos avanzaron unos metros hasta que Rosa, "a instancias del acusado", detuvo el vehículo a la altura de la calle Colombia del citado polígono industrial.
Una vez estacionado el coche, el acusado sacó la pistola y de "forma sorpresiva e inesperada para Rosa, que nada pudo hacer por defenderse", le disparó en el abdomen.
A continuación, mientras Rosa estaba "totalmente aturdida", el acusado cogió la navaja y le produjo una herida "de degüello" de 12,7 centímetros que le produjo la muerte.
Según el fiscal, el acusado metió el cuerpo en el maletero y se desplazó a su domicilio para cambiarse de ropa y buscar a su amigo, el también procesado F.J.R.F., al que contó lo sucedido y pidió ayuda para ocultar el cadáver.
Ambos acusados tomaron un pico y una pala y trasladaron el cuerpo a un paraje de la "Ramblilla de las Vacas" de Tabernas, a unos 50 kilómetros de Fines, donde el presunto asesino enterró a Rosa, mientras F.J.R.F., que había ido delante con su propio vehículo para avisarle en caso de ver algún control de la Guardia Civil, regresó a Fines.

Detenido el presunto encubridor del crimen de Rosa Galera tras incumplir su alejamiento de Fines

La Guardia Civil de Almería ha detenido al presunto encubridor del crimen de Rosa Galera, la mujer de 28 años que fue presuntamente asesinada a manos de su expareja, quien trató de deshacerse del cuerpo ocultándolo en un paraje de Tabernas (Almería), para lo que se sirvió supuestamente de la ayuda de su amigo F.J.R.F.

La Guardia Civil de Almería ha detenido al presunto encubridor del crimen de Rosa Galera, la mujer de 28 años que fue presuntamente asesinada a manos de su expareja, quien trató de deshacerse del cuerpo ocultándolo en un paraje de Tabernas (Almería), para lo que se sirvió supuestamente de la ayuda de su amigo F.J.R.F.
Fuentes de la Comandancia de la Guardia Civil han indicado a Europa Press que la detención se produjo en la tarde de este martes cuando el acusado se encontraba en la localidad de Fines (Almería), sentido en el que habría quebrado una medida cautelar impuesta por la Audiencia Provincial de Almería en la que se le prohíbe acudir a la localidad de la que era natural la víctima.
F.J.R.F., para el que el fiscal y la acusación particular solicitan penas que oscilan entre los dos años y nueve meses, y los tres años de prisión como presunto autor de un delito de encubrimiento; se enfrentará el próximo 25 de junio al juicio con jurado por la muerte de Rosa Galera junto con el principal sospechoso, Óscar P.F., el hombre de 36 años y vecino de Fines, para el que piden entre 19 y 25 años de prisión.
Los agentes se habían percatado días atrás del a presencia del sospechoso en el municipio ya que, según indica este miércoles 'Diario de Almería', el imputado llevaba varias semanas residiendo en su vivienda de Fines, a donde había vuelto. En este sentido, vecinos del municipio y familiares de Rosa Galera habrían alertado de su presencia en el pueblo.
Según consta en el escrito provisional del Ministerio Público, F.J.R.F. fue reclamado por el principal acusado tras el crimen, de forma que le contó lo que había hecho y le pidió ayuda para ocultar el cuerpo. Con esto, F.J.R.F. habría contribuido a ocultar el cuerpo de la víctima en un paraje y habría ayudado a Óscar P.F. a regresar a Fines después de que éste abandonara el coche de Rosa Galera en el barrio de El Puche de la capital.

domingo, 2 de junio de 2013

Unas 500 personas apoyan a la familia de Rosa Galera al segundo año del crimen y a un mes de juicio al exmarido

Alrededor de 500 personas se han concentrado este viernes en la Plaza del Ayuntamiento de Fines (Almería) en apoyo a los familiares y amigos de Rosa Galera para conmemorar el segundo aniversario de su muerte, presuntamente a manos de su expareja, antes de que se celebre la vista oral con jurado popular cuyo comienzo está señalado en la Audiencia Provincial de Almería para el 25 de junio.
El acto, en el que se ha leído un manifiesto y se han guardado cinco minutos de silencio, ha contado con la asistencia de unos 500 vecinos, según ha indicado a Europa Press el alcalde del municipio, Rogelio Sánchez.
Posteriormente se han depositado las velas que han portado cada uno de los asistentes durante los minutos de silencio junto a la fotografía de Rosa Galero a las puertas de la parroquia de la localidad. * El acto también ha servido para expresar el rechazo colectivo a la violencia de género y se ha mostrado el apoyo a los familiares de cara a la vista oral.
Los familiares han anunciado, asimismo, que "en los próximos días" presentarán unas 50.000 firmas para solicitar en el Congreso que se modifique el Código Penal a fin de que los condenados por violencia de género cumplan íntegramente las penas que se les imponen
La Fiscalía Provincial tiene previsto solicitar penas que suman 21 años y seis meses de prisión para Óscar P.F., el hombre de 36 años y vecino de Fines (Almería) acusado de asesinar en mayo de 2011 a su esposa, a quien disparó en el interior de su turismo y, posteriormente, degolló.
El procesado, quien tiene una hija de seis años en común con la víctima, de 28 años, se deshizo presuntamente del cadáver de Rosa Galera enterrándolo en una cueva ubicada en un paraje "inhóspito y deshabitado" del municipio de Tabernas, situado a más de 50 kilómetros de su pueblo. Óscar P.F se enfrenta a una petición del fiscal de 19 años de cárcel como autor de un delito de asesinato y otros 30 meses de prisión por un delito de tenencia ilícita de armas.
La acusación particular eleva la pena a 25 años al considerar que medió ensañamiento en el crimen mientras que por el segundo delito interesa tres años de cárcel. Para el traslado y la sepultura del cuerpo sin vida de Rosa Galera., el procesado contó con la colaboración, según recogen ambas acusaciones, de un segundo implicado, F.J.R.F., para el que solicitan penas que oscilan entre los dos años y nueve meses, y los tres años de prisión como presunto autor de un delito de encubrimiento.
El escrito de acusación fiscal, al que ha tenido acceso Europa Press, recoge que Óscar P.F., quien llevaba varios meses "separado de hecho" de la víctima, preparó a primera hora de la mañana del 30 de mayo de 2011 el asesinato y que, con la "clara finalidad de acabar con su vida", tomó una pistola de fabricación artesanal, que cargó con dos proyectiles de 12 milímetros, y una navaja. A continuación, salió a la calle y abordó a su víctima cuando circulaba en su turismo por el Polígono Industrial de Fines.
Una vez consumado el crimen, el acusado llevó el coche a una vía verde del municipio y trasladó el cadáver al maletero "para que no pudiera ser visto por ningún viandante". A continuación, fue hasta su domicilio, se cambió de ropa y salió a buscar a su amigo F.J.R.F, a quien le contó lo que había hecho y le pidió ayuda para ocultar el cuerpo.
Tras proveerse de picos y palas, se dirigieron hasta la Ramblilla de las Vacas, en el término municipal de Tabernas y unos 51 kilómetros de Fines, y enterraron el cadáver en una cueva natural, lugar en el que fue encontrado por la Guardia Civil tres días después gracias a las "información sesgada y parcial" que fueron obteniendo los investigadores del presunto encubridor.
Para llegar hasta esta zona, "inhóspita y abandonada", cada uno fue en un vehículo. Óscar P.F. se deshizo del turismo de la víctima abandonándolo en una zona conflictiva de la capital almeriense mientras que F.J.R.F., según el fiscal, regresó a Fines y le recogió en la barriada de El Puche al día siguiente.
Ninguna de las armas homicidas fue encontrada durante la instrucción. El escrito, en el que se interesa que indemnice a su hija menor de edad con 150.000 euros y a los padres de Rosa con un total de 100.000 euros, señala que el procesado tiene una dependencia moderada a los opiáceos y a la cocaína, lo que, remarca, "no le afecta a sus capacidades de entender la naturaleza y trascendencia de los hechos que se le imputan ni actuar conforme a ese conocimiento".