martes, 2 de julio de 2013

El padre y el hermano de Rosa, destrozados, van cada día a la Audiencia

Piden que les caiga la pena máxima aunque aseguran que ni con eso se quedan conformes

La familia más directa de la fallecida Rosa María Galera asiste cada día a la Audiencia Provincial para estar cerca de lo que está ocurriendo en la sala del jurado. Aunque no han podido asistir a las dos sesiones que se han celebrado hasta ahora, porque son testigos y prestarán declaración el último día según está previsto, aseguran que muchas de las cosas que han declarado ambos acusados "son falsas".

Con sus rostros marcados por el dolor de haber perdido a un ser querido de la forma más cruel, quieren que al final se les imponga la pena máxima a cada uno por los delitos de los que se le imputan. Sin embargo, matizan que aún con eso "no nos quedaremos tranquilos, porque para este tipo de casos la ley nunca es justa". Julio Galera, el padre de la víctima, indicó a Diario de Almería que "sólo si el asesino se muriera en la cárcel él sentiría que se está haciendo justicia, y se que no va a ser así".

Triste, con rabia y con mucho dolor por estar recordando muchos detalles de aquellos angustiosos días en los que Rosa María no aparecía, Julio Galera asegura que "lo que está pasando su familia no se lo desea a nadie", pues "esto es lo peor que puede ocurrir". "Vivo pero estoy muerto, paso los días como sonámbulo y sin ganas de nada", asegura mientras se limpia una lágrima y destaca que cada día va al cementerio "a llorar y llorar".

El padre de Rosa está convencido de que Óscar Perales preparó el asesinato de su hija durante días y que Francisco Javier Rangel le ayudó a deshacerse del cadáver y a enterrarlo. Como indicó a este periódico, en numerosas ocasiones ya le había advertido de que "me tenía una sorpresilla preparada", que era, según él, a muerte de su hija "que es con lo que más daño me hacía".

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